Por Rosa Eugenia García Gómez
¡Qué semanita eh! Reveladora en muchos sentidos, desde la terrible pena ajena de la violencia en un espacio diseñado para la hermandad y la sana convivencia a través de la expectación de una justa deportiva, -que por cierto derivó en una serie de replanteamientos de la industria del deporte desde México hacia el mundo en una historia cuya narrativa está lejos de terminar-, hasta una conmemoración por el significado de la lucha que las mujeres nos planteamos desde diferentes ámbitos y perspectivas, porque si de algo podemos estar seguras es que hay muchas y diversas maneras de ser mujer.
Hubo una efervescencia de eventos, y me da la impresión que fue como una manera de asentar contenidos en la práctica, pero que en la teoría como que no terminan de tomar forma, particularmente en las estructuras mentales prejuiciosas desde el patriarcado en muchos y muchas.
En algún lugar leía acerca de la utilidad de los prejuicios y particularmente radica en el antecedente al desconocimiento. Cuando no sabemos nada o muy poco acerca de algo y entonces prejuzgamos desde la imaginación, el capricho, la experiencia vinculada a otros escenarios. Nos sirven para aventurarnos hacia lo desconocido, pero cumplen con su función cuando una vez que tenemos elementos, aquella idea primigenia y desconectada de la realidad es desplazada por el conocimiento que deriva en juicios apegados a la realidad y la experiencia.
Lo malo es que nos neguemos a conocer y nos aferremos a los prejuicios. Ciertamente es en ese sentido que la educación, la comunicación y la apertura a nuevos saberes ayudan a erradicar prejuicios que repetidos sin sentido dañan y deterioran las relaciones sociales.
Como el que no sabe de feminismo y se niega a conocer al respecto, lo mismo para quien no sabe de periodismo e insiste en que es mera manipulación (pobre interpretación del ignorante que tiende a lo simplista). Igual aplica para quienes gustan de hacer generalizaciones acerca de si las mujeres son esto o lo otro, sin abrir el entendimiento relativo a que existen muchas y diversas formas de ser mujer, como también las hay de ser hombre, todas ellas igualmente válidas.
La apuesta es contribuir a construcciones de una sociedad de hombres y mujeres más equitativa y justa, de entendimiento, de apertura, sin prejuicios.
Rosa Eugenia García Gómez
Coordinadora de la Licenciatura de Periodismo en el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara.