Una fiesta para comulgar
El Corpus Christi que en latín significa: “Cuerpo de Cristo”, también llamado es Corpus Domini: “Cuerpo del Señor” es la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo en la que la Iglesia Católica proclama la presencia real de Cristo en la Eucaristía.
Su principal finalidad es proclamar y aumentar la fe de los católicos en la presencia real de Cristo en el Santísimo Sacramento. La fiesta del Corpus nació en la Diócesis de Lieja, Bélgica en 1264 con la procesión por las calles de la ciudad. Fue instituida el 8 de septiembre de 1264 por el papa Urbano IV, mediante la bula Transiturus hoc mundo. Gradualmente se estableció la modalidad de la celebración con el cortejo procesional en el interior de los templos. En 1301 apareció la bendición con el Santísimo y en 1394 surgió la costumbre de la exposición del Santísimo.
Esta fiesta eucarística es pues una tradición medieval que todavía la Iglesia conserva. En muchos lugares es aún una fiesta relevante. En España existe el dicho popular: “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Jueves de Ascensión”, que da idea del arraigo que tiene todavía esta fiesta en la mente de los católicos. La fiesta del Corpus se lleva a cabo el jueves siguiente a la solemnidad de la Santísima Trinidad, que a su vez se celebra el domingo siguiente a Pentecostés. El Corpus Christi se celebra pues 60 días después del Domingo de Resurrección. En algunos países esta fiesta ha sido trasladada al domingo siguiente para adaptarse a las nuevas exigencias del calendario laboral.
Además de conocer el dato histórico sobre su origen conviene tomar conciencia del contexto histórico eclesial en que nació esta tradición. En la Edad Media la Iglesia sufrió una grande pérdida del sentido comunitario y el alejamiento del culto de la comunidad; la misa se decía en latín, lengua ignorada por el pueblo que ya hablaba otras lenguas y asistía muy poco a misa. Entonces se centró la eucaristía en la presencia y la consagración y se instituyó este acto de fe que consiste en la adoración de Jesús eucaristía. El acento pasó gradualmente del tomen y coman al adoren. Sin duda que para nosotros cristianos católicos, el sentido profundo de esta fiesta es toda una invitación a unir la adoración al acto de tomar y comer el cuerpo de Cristo eucaristía que nos pide siempre dar frutos de amor y de solidaridad.
Publicación en Impreso
Edición: 128
Sección: Contraportada
Autor: P. Walter de la Cruz Jiménez Hernández