Sudán del Sur, rumbo a la paz y la autonomía
El pasado 9 de enero los habitantes de Sudán del Sur, al Noreste de África, votaron por su independencia. Con 98.83% votos a favor de separarse de la región del norte, los sursudaneses conformarán su propia nación, la más joven del mundo. El referéndum, derivado del acuerdo de paz firmado en 2005 después de veinte años de guerra civil y más de dos millones de muertes, definió el nacimiento de un nuevo Estado.
La fecha de independencia oficial está marcada para el 9 de julio, y para esa fecha habrá de resolverse la definición de las fronteras, la gestión del petróleo y el estatus de Abayei, región en disputa tribal y con las más grandes reservas de agua. Habrá, además, que desarrollar infraestructura como carreteras, escuelas, hospitales, y oficinas para albergar al nuevo gobierno. Una situación que podría complicar el nacimiento de este país, es la repatriación de quienes, siendo del sur, habitaban en el norte, y regresan ahora sin trabajo o un lugar donde vivir temas delicados en una región marcada por un conflicto de décadas, diferencias tribales, el hambre y la pobreza.
Está pendiente de ver si las regiones Norte y Sur lograrán llegar a acuerdos que garanticen los derechos fundamentales, la libertad, así como la vida independiente y autónoma de ambos pueblos. Además, en el noreste de Sudán, el conflicto en Darfur se ha reactivado. Así que para algunos observadores y analistas hay duda. “Si todo sale bien”, dicen, se oficializará la independencia.
En estos días no es sencillo sostener la esperanza. La última vez que sucedió algo similar fue en Timor Oriental, en 2002. Pero el hecho de que la voluntad expresa del pueblo sea aceptada y respetada por los gobernantes, y que el diálogo sea lo predominante, por supuesto, es una gran noticia y un triunfo para la paz.
Publicación en Impreso
Número de Edición: 107
Autores: Internacional
Sección de Impreso: Ana María Vázquez