Sentires y pensamientos de la Asamblea
Testimonios de la Décima Asamblea Post-Sinodal
Por: Alonso Sánchez
Durante la décima Asamblea Post-Sinodal de la Diócesis de Ciudad Guzmán se dieron cita más de un centenar de laicos, religiosas y sacerdotes provenientes de distintas localidades y comunidades. Durante la actividad algunos asistentes dieron su testimonio ante el panorama que se discutió y compartieron su sentir, su pensar y el conocimiento que se llevan después de haber asistido a estos dos días.
Contaminación que enferma
Aurelio Terrones Calvario es coordinador del Concejo de la Comunidad de San Antonio en la parroquia de Usmajac
Aurelio dijo: “Uno de los principales problemas es la contaminación por agroquímicos, sobretodo del agua y los mantos friáticos”. Con esa certeza Aurelio explicó que la comunidad padece enfermedades que antes no eran tan comunes: “El centro de salud informa que ha habido muchas situaciones de cáncer, de leucemia, incluso de diabetes en niños”.
La problemática no genera respuesta: “no hay esa conciencia de acción cívica, no la hay, no la tenemos” lamentó. Consideró que la asamblea sirvió para vincular a las poblaciones y articular acciones: “que quizá les están ayudando a ellos y que nosotros podamos aplicarlas en nuestra comunidad”.
No hay ni dónde estudiar, ni en qué trabajar
Elvira Daniela Orozco Contreras es una joven perteneciente a la ranchería de La Soromuta del municipio de Valle de Juárez.
Para Elvira la solución a los problemas que se presentaron es el actuar en colectivo: “es más fácil solucionar los problemas estando unidos que solo”. Sobre la problemática que compartió: “nos hacen falta oportunidades para salir adelante como jóvenes. En lo que respecta a la pobreza a lo mejor podríamos solucionarlo al ver en qué estudiar o en qué trabajar. Pero como no lo hay, eso afecta mucho”. Además que sólo hay trabajo para varones.
En La Soromuta solo se puede estudiar hasta secundaria. Es por eso que muchos comienzan a trabajar desde muy temprana edad.
Acciones a corto plazo
La madre Agustina Díaz Alegría pertenece a la congregación religiosa Discípulas de Jesús Buen Pastor. Antes de llegar a Ciudad Guzmán se encontraba en Chiapas.
Le resulta preocupante el ambiente con el que se ha encontrado en el sur de Jalisco al referirse que “en todas las comunidades escuchamos que hay narcotraficantes que se pelean o que ya secuestraron a tal persona”.
Expresó propuestas: “ver las consecuencias de invernaderos o de aguacateros, sino también apostar a una cultura del medio ambiente”. Por otro lado dijo que la violencia se debe de combatir con la reconciliación y el perdón: “apostar por la cultura del diálogo entre el padre, la madre y los hijos” insistió. En el tema de la pobreza enfatizó sobre el derecho a la vida digna “que los que somos pobres no tengamos una mentalidad pobre”.
Dejar de ver la violencia como ordinaria
Edgar Solano es presbítero en la parroquia de El Santuario de Guadalupe en Ciudad Guzmán. Para él la violencia se manifiesta desde en la extorsión o el secuestro, hasta en la escuela y la familia.
El padre dijo que es necesario “dar una luz como respuesta al clamor de tanta gente que está desesperanzada, que vive desilusionada” pues no es posible que se siga pensando que lo ordinario es “este mundo de violencia”.
Ante esto se debe de escuchar el clamor “del pueblo de dios, se quiere escuchar el clamor de la sociedad civil”. En esta situación el presbítero Solano dijo que ni la iglesia ni el Estado han asumido su responsabilidad institucional “no hay un ponerse de acuerdo de asumir cada quien lo que le compete”.
“La violencia es un fenómeno de salud pública”
Oscar Campos Contreras es el actual obispo de la diócesis de Ciudad Guzmán, y se pronunció: “tenemos una situación muy dolorosa y muy difícil en el país. Y nosotros no somos ajenos a este país” y agregó: “la gente cuando está desintegrada internamente vive ya una violencia interior y esa violencia es la que se está reflejando también en la vida familiar, en la vida política y en la vida económica”.
Incluso en el momento coyuntural en el que el país se encuentra actualmente con el tema del proceso electoral, Oscar Campos dijo que a nivel partidos políticos se mantiene un enfrentamiento violento pues “pareciera que la violencia política es parte también de este caldo de cultivo que beneficia a quienes lucran con la violencia”.
Como conclusión Oscar Campos Contreras comentó que la Décima Asamblea Post-Sinodal revisa cómo se está respondiendo como iglesia: “nuestra tarea no es ni siquiera decirle a la sociedad cómo tiene que ser, si no darle un testimonio de por dónde tiene que irse”.