Preseminario 2012, experiencia de reflexión vocacional
Con el objetivo de ofrecer un espacio de convivencia, reflexión, oración y acompañamiento a los adolescentes y jóvenes que participan en el preseminario, se vivió esta experiencia en nuestra Diócesis de Ciudad Guzmán durante los meses de julio y agosto, como se realiza cada año.
Cada Vicaría organizó el preseminario de adolescentes y jóvenes de primero y segundo de secundaria. El Equipo Diocesano de Pastoral Vocacional y los jóvenes del Pre-Introductorio A, coordinados por el P. Andrés Martínez Vázquez fueron los responsables de organizar los preseminarios de tercero de secundaria y preparatoria, realizados en Concepción de Buenos Aires. Acudieron 41 y 58 muchachos, respectivamente.
La búsqueda de experiencias nuevas
Varios jóvenes del preseminario de preparatoria expresaron los motivos de su participación. Las razones son variadas.
Manuel Alejandro Frías Barragán proveniente de la parroquia de Santa Clara, comentó: “desde niño he querido venir, pero hoy me dieron la oportunidad y me decidí”. Ya para terminar la semana de reflexión compartió su sentir de frente al futuro: “le pido a Dios que (…) ojalá y sea yo uno de los elegidos”, refiriéndose a la vida del sacerdocio ministerial.
Para algunos de los participantes se trató de una búsqueda de experiencias nuevas, como Carlos Alberto Liñam Becerra, originario de Usmajac quien dijo que llegó ahí “para descubrir nuevas cosas, nuevas experiencias, intentar acercarme más a Dios, también conocer gente nueva”.
Por su parte Víctor Alonso Contreras Meza de la parroquia de Teocuitatlán señaló: “vine por vivir otra experiencia diferente”. Un joven de Chiquilistlán Gerardo Javier González Pérez externó su intención: “quise encontrar una forma nueva de comunicarme con Dios a través de la oración”.
Los jóvenes entrevistados revelaron que se encontraron con más de lo que esperaban. Lo expresaron de diferentes maneras: “puedo comunicarme en distintas formas con Dios y, además conocer más amigos y experimentar otras cosas que no había conocido”. “Me ha hecho ver el mundo de una manera diferente, más cercana a Dios, a experimentar nuevas cosas”. “Hemos cambiado, ya no somos los mismos”. “La verdad he cambiado mucho, he pensado mucho mejor las cosas”. “He aprendido cosas nuevas acerca de Jesucristo”.
Una experiencia de reflexión y discernimiento
El centro del Preseminario es la reflexión sobre la vocación de los participantes, tal como lo contempla el objetivo de la experiencia cuyo referente principal es la vocación a la vida sacerdotal.
Un testimonio de ello lo encontramos en Carlos Omar Arias, quien vive en la parroquia de San Isidro Labrador en Ciudad Guzmán. Él asistió al Preseminario porque quería encontrar su vocación. Y al preguntársele si la había encontrado respondió: “he visto las diferentes vocaciones que hay y estoy escogiendo una”. Esta inquietud se mantiene en él, pues una vez terminado el preseminario “pienso entrar a la escuela y voy a pensar más sobre mi vocación”.
En la misma situación se encuentra Víctor Alonso quien dijo: “he aclarado muchas dudas y sobre todo más mi camino, el camino que quiero seguir y yo pienso que sí quiero seguir en esto”. No es que los preseminaristas tengan que decidir al terminar la experiencia si entran al Seminario o no; se trata sólo de que tengan más elementos de reflexión vocacional para su vida. Quizá lo hagan al final del bachillerato.
Una experiencia de proyección
El Preseminario se ha convertido en trampolín para vivir el servicio en la comunidad y para mantenerse en la búsqueda vocacional, de modo especial en la etapa del bachillerato.
Al terminar el Preseminario algunos jóvenes deciden ya no tener contacto con el Seminario. Otros muestran interés por sostener y acrecentar su búsqueda vocacional y lo hacen integrándose a las experiencias de los Seminaristas en Familia y del Pre-Introductorio, animadas por el Equipo Diocesano de Pastoral Vocacional.
Es el caso de Víctor Manuel Sánchez Arriaga, procedente de Tamazula, al platicar sobre lo que haría después del Preseminario dijo: “yo creo que poner en práctica sobre lo que se vio aquí y, si Dios quiere, seguir en los demás eventos que haya”. O el del joven Liñam que dijo: “pienso entrar al Pre-B, es decir, al Pre-Introductorio durante el segundo año de Preparatoria”. O el del chiquilistlense Gerardo quien piensa “seguir participando en los encuentros”. “Sí quiero seguir en esto” aseguró por su parte el joven Contreras Meza.
Independientemente de su participación en el proceso de acompañamiento vocacional, es un logro importante en el caminar de nuestra Diócesis, que varios se aclaran que como cristianos pueden y deben dar un servicio a su comunidad. Así lo refleja la siguiente frase, dicha por el de Teocuitatlán: “pienso participar más en la Iglesia de mi comunidad”. Ojalá que esta idea estuviera en la conciencia y la práctica de todos los bautizados de la Diócesis.
Publicación en Impreso
Edición: 120
Sección: Iglesia en Camino
Autor: P. Lorenzo Guzmán