Otra vez Videgaray
Por: Carlos Cordero
Contacto: ccordero@iteso.mx
Pese a todo pronóstico y contra toda lógica, el 5 de enero Eduardo Videgaray regresó al gabinete del presidente Enrique Peña Nieto (EPN), ahora como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE). Este hecho ha causado una serie de críticas, pues en 2016 Videgaray fue separado de su cargo como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público debido a la indignación que causó en el país la visita inesperada del entonces candidato republicado a la presidencia estadounidense Donald Trump, visita que fue orquestada por el propio Videgaray. En aquel momento nadie esperaba que Trump ganara las elecciones, por lo que la iniciativa de Videgaray le costó el puesto.
Sin embargo, el triunfo del candidato republicano tomó por sorpresa a todo el mundo y propició que el significado de la visita cambiara. Ahora Videgaray podía ser visto como un político con visión que pese a todo, obró en pro de la nación al proponer la visita. Sin embargo, esto no justificaría su nombramiento como canciller. Él mismo confirmó, en su primera intervención como nuevo titular de la SRE, que es un inexperto en temas diplomáticos y que ante todo él estaba ahí para aprender. Lo cierto es que Videgaray tiene un as bajo la manga que está dispuesto a poner al servicio de la administración de Peña Nieto: sus vínculos con Jared Kushner, esposo de Ivanka Trump y yerno del presidente de los Estados Unidos de Norte América, pues fue este vínculo – a través de un amigo en común- el que propició que se gestara la visita de Trump a México, el año pasado.
El nuevo Canciller se enfrenta a un panorama adverso como nunca antes se había presentado para México, pues las amenazas de Trump se han materializado desde antes de que tomara protesta, por ejemplo en los primeros días de enero, la compañía de automóviles Ford canceló un proyecto de inversión en San Luis Potosí, debido a las amenazas que recibió del presidente, en las que aseguraba que si Ford seguía produciendo un tipo específico de autos en México para venderlo en Estados Unidos (EU), la compañía se haría acreedora a sanciones arancelarias al momento de importar sus autos. Esto es solo el inicio, pues Trump ya ha anunciado que su plan para sus primeros 100 días de gobierno incluyen la revisión del Tratado de Libre Comercio, el reforzamiento de la seguridad en las fronteras y la revisión de la política migratoria, temas en los que México es vulnerable.
La esperanza que está depositando EPN en la relación entre Videgaray y Kushner podría parecer una estrategia acertada, sin embargo, la agenda política entre México y Estados Unidos es más compleja y difícilmente podrá gestionarse a través de llamadas telefónicas y encuentros entre amigos.
No todo en la política exterior de México es Estados Unidos. Uno de los propósitos del Plan Nacional de Desarrollo es fortalecer las relaciones diplomáticas con latinoamérica, región que actualmente se encuentra en medio de procesos de transición política y que de igual manera se verá afectada por la nueva política exterior de EU. Por ello, el nuevo Secretario deberá ser audaz, pues seguramente habrá pérdidas en la relación comercial con EU, que deberán ser subsanadas fortaleciendo los vínculos con otras regiones, que es algo para lo que se necesita a un experto en diplomacia. Además, Videgaray tendrá que garantizar la protección y defensa de los mexicanos que radican en Estados Unidos, lo que requiere de gran pericia en temas consulares y sobre todo de un excelente conocimiento y manejo del derecho internacional, pues de materializarse los planes de deportaciones masivas, México tendría que recurrir a instancias internacionales para poder proteger a sus connacionales.
Finalmente, la política internacional atraviesa por momentos complejos, el BREXIT, el ascenso de los radicalismos políticos en Europa, las confrontaciones entre China y EUA y el nuevo protagonismo de Rusia demandan que México no permanezca al margen de estos fenómenos, pues seguramente en el 2017 cambiarán las lógicas de la política internacional, y para ello se necesita mucho más que una buena amistad en común con el yerno de Trump.
