Mejor aguas frescas que refrescos

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El consumo de bebidas carbonatadas mejor conocidas como refrescos aumenta en el mundo y México no es la excepción. El refresco, también llamado gaseosa, es una bebida saborizada efervescente, carbonatada, con alto contenido de endulcorantes artificiales, ácido fosfórico, benzoato de potasio, ácido cítrico, cafeína y agua.

En la actualidad México ocupa uno de los primeros lugares en el consumo de refrescos en el mundo, en promedio se consume medio litro de refresco por persona cada día, lo que se traduce a 160 litros por año, al considerar que cada refresco contiene por litro 27 cubos de azúcar, el consumo de refrescos se pone en evidencia como una de las razones del incremento de la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. La población infantil es la más afectada.

El dato es alarmante si se considera que más de la mitad de los adultos y casi tres de cada 10 niños de entre 5 y 11 años tienen problemas de sobrepeso y obesidad, según la encuesta de salud y nutrición 2006. La problemática está relacionada con los hábitos alimenticios y la carencia de actividad física.

El consumo de refresco es un serio problema que ha mermado la calidad de la alimentación del mexicano, las familias prefieren destinar sus ingresos al consumo de estas bebidas carbonatadas en lugar de alimentos con mayor valor nutricional como leche o tortillas. Según datos del INEGI las familias con menores ingresos económicos destinan hasta 7.3% de sus gastos para la compra y consumo de los refrescos, le dan prioridad por encima de la adquisición de otras necesidades básicas.

Consumir gaseosas en demasía provoca que se incremente el riesgo de padecer osteoporosis ya que poseen ácido fosfórico que impide la correcta absorción del calcio en el cuerpo. Por su alto contenido de azúcar aumenta el riesgo de sufrir caries y obesidad, además de incrementar el riesgo de padecer diabetes tipo dos. Los refrescos son adictivos pues provocan ganas de consumirlos todo el tiempo, pueden ser causantes de cálculos renales debido al contenido en oxalatos, también pueden causar gastritis y alteraciones a nivel digestivo, no colaboran en la hidratación correcta del cuerpo, pueden causar insomnio y nerviosismo por su contenido en cafeína, además de que no contienen nutrientes e implican un gasto económico que repercute no sólo en el bolsillo sino también negativamente en la salud de las personas.

Las ricas aguas frescas

Dentro de la gastronomía mexicana, el agua fresca está considerada como una de las bebidas tradicionales por excelencia. Las aguas frescas son el nombre típico que se les da a las bebidas elaboradas a base de frutas, verduras, granos o flores endulzadas con azúcar, piloncillo o en su caso no endulzadas. No sólo sirven para refrescar a los comensales sino que representan dentro de la cocina nacional herencia y tradición de un lugar o región específica que fomenta la unión familiar y social.

El agua natural es la bebida más sana y saludable, este vital líquido es imprescindible para mantener la vida y la salud integral, además colabora en diversas actividades fisiológicas del ser humano: participa en la digestión, respiración, absorción y excreción; ayuda a eliminar toxinas, transportar nutrientes a todas las partes del cuerpo, contribuye en el mantenimiento de la temperatura corporal del organismo, forma parte de los fluidos corporales como la sangre, la saliva, las lágrimas, regula los niveles de acidez del organismo, da más vitalidad, elasticidad, suavidad a la piel e hidratación por dentro.

Consumir aguas frescas es saludable ya que por su alto contenido en fibras, minerales y vitaminas ayudan a que el cuerpo se purifique con la eliminación de toxinas por la orina, además de que el contenido graso es mínimo, se puede consumir a cualquier hora del día, lo que permitirá que el organismo se mantenga hidratado y en buen funcionamiento, lo importante es inculcar en los niños y jóvenes los beneficios del consumo de alimentos naturales y acostumbrarlos a ingerirlos de diversas formas.

La comida es una actividad indispensable para el organismo, además que comer en familia refuerza los lazos afectivos entre sus miembros; es necesario inculcar en la población alimentarse sanamente y evitar en lo posible el consumo de alimentos industrializados o comprados como los refrescos.

Aguas frescas: Saludables y sabrosas.

Elaborar aguas frescas no es una tarea complicada, lo único que se necesita es un poco de fruta, verdura, granos, flores, el ingrediente que sea de su preferencia, mejor si es de temporada pues será más barato, una cantidad mínima de azúcar si se decide pero puede omitirse o sustituirse por miel, piloncillo o algún endulzante natural; muchas frutas o verduras son muy dulces y en ocasiones no se necesita azúcar. Se requiere agua suficiente y una licuadora.

Las siguientes recetas a demás de ser sencillas y económicas tienen un alto contenido de valor nutrimental y son el complemento perfecto de una buena comida:

Agua de Alfalfa
Ingredientes: 1 manojo chico de alfalfa. 2 limones. Azúcar al gusto. 4 litros de agua. Hielo.
Instrucciones: Lave y desinfecte la alfalfa, muélala en la licuadora junto con los limones partidos en trozos. Cuele y endulce a su gusto. Añada hielo y sirva. Esta agua es muy saludable para los niños y adultos por su contenido en minerales, además es un antibacterial por excelencia.

Agua de Jamaica.
Ingredientes: 150 gr. Flor de Jamaica. Azúcar al gusto, Hielo, 4 litros de agua.
Instrucciones: en 8 tazas de agua, hierva la Jamaica, deje reposar una vez que hierva cuele, exprima bien la flor, el extracto de Jamaica se endulza, se añade el agua restante y hielo. Esta agua tiene una función diurética, además de ser muy refrescante en época de calor.

Agua de Tamarindo
Ingredientes: 250 grms de tamarindos limpios y pelados. 4 litros de agua. Azúcar al gusto. Hielo.
Instrucciones:
Hay dos maneras de preparar el tamarindo: una es remojando toda la noche el tamarindo en agua limpia y desbaratarlo con las manos por la mañana, luego colar. La otra es cociendo el tamarindo con agua y también, colar y ya está listo para usar. Una vez que se tiene el concentrado de tamarindo, se revuelve con más agua y se endulza. Añadir hielo. Esta bebida posee un alto contenido de fibra lo que permite facilitar la digestión.

Opciones económicas que pueden ser una excelente golosina en temporada de calor:
• Hielitos de sabores: con el agua fresca que sobra de la comida, se pueden elaborar hielitos, se pueden poner bolsitas o pequeños recipientes en el congelador.
• Gelatinas: solo se necesita agregar un poco de grenetina disuelta en el agua fresca sobrante y ponerla en el refrigerador.

Refrescos vs Agua Fresca

Refresco:

Consumir un litro diario de refresco aumenta en 1.5 kilogramos el peso corporal en tan sólo dos semanas.

En las últimas décadas se registró un incremento de más de 40% en el consumo de refrescos y todo tipo de bebidas elaboradas con sacarosa, glucosa y fructosa carentes de vitaminas y minerales.

Una sola lata de refresco representa aproximadamente 13 cucharaditas de azúcar lo que incrementa la posibilidad en 1.8 por ciento de ser obeso por cada lata adicional que se consuma.

Enfermedades generadas por el alto consumo de refrescos: Sobrepeso, obesidad, diabetes, osteoporosis e hipertensión en la población infantil y adulta.

Agua:

El agua fresca favorece los procesos nutritivos del cuerpo.

Se encuentran diversidad de frutas disponibles todo el año, económicas y accesibles.

Las frutas son fuente de vitaminas y antioxidantes que permiten reforzar el sistema inmunológico.

Disminuir en 10% el consumo de refrescos significa perder cuando menos cinco kilogramos de peso en los primeros tres meses.

Publicación en Impreso

Edición: 118
Sección: Remedios de mi Pueblo
Autor: Mónica y Ruth Barragán.

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