Maná para los recién nacidos

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La leche materna es como el maná que Dios ofreció a su pueblo. Llega junto con el nacimiento, es gratuita y además es el alimento que mejor nutre y protege de enfermedades al recién nacido. Por si fuera poco hace que el cariño crezca.

Amamantar es una práctica que permite estrechar los lazos afectivos entre la madre y el bebe recién nacido, proporcionándole no sólo la alimentación adecuada para su desarrollo sino que este acto natural le brinda protección, comunicación, seguridad, apego y el desarrollo psicomotor adecuado al bebé, satisfaciéndole todas las necesidades nutricionales durante los primeros meses de vida.

La leche materna es el alimento natural producido por la madre para alimentar al niño, es considerado el mejor alimento que existe debido a que contiene todas las sustancias nutritivas que el bebe necesita para su sano crecimiento, además que le ayuda al desarrollo pleno de su sistema inmunológico y combatir diversas enfermedades.

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¿Que contiene la leche materna?

Los principales componentes de la leche materna son proteínas, agua, lactosa, grasa, minerales y vitaminas. Su ph es neutro y su aporte energético está entre 70 a 76 kilocalorías.

La primera leche que produce la madre se denomina calostro, es de color amarillento y es espesa, rica en anticuerpos que protegen al niño de posibles infecciones y lo estimula a mamar frecuentemente.

Además el calostro tiene efectos laxantes que ayuda al bebé a evacuar el meconio de su intestino eliminando así la bilirrubina, que en exceso provoca la llamada ictericia, mejor conocida como el típico color amarillento de la piel del niño cuando nace.

Durante los primeros siete días posteriores al parto, el calostro va perdiendo su color haciéndose más blanco. Esta leche que se produce es de dos clases, la primera es aguada, escasa y se en los pechos de la madre en intervalos entre las succiones que hace el bebe cuando se alimenta; la segunda se produce durante la mama, es abundante y espesa, sacia, alimenta y engorda al bebé.

Beneficios al amamantar

El amamantar no sólo permite estrechar vínculos afectivos, es una práctica muy saludable tanto para la madre como para el niño, permitiéndole a la madre disminuir el riesgo de cáncer de ovario, de mama y útero o matriz, recuperar más rápido el peso que tenía antes de la gestación, disminuir el riesgo de fractura de cadera y de osteoporosis en la menopausia, permite que el útero o matriz regrese a su tamaño normal y baja el riesgo de hemorragias.

Alimentar con leche materna permite un ahorro económico ya que las fórmulas lácteas comerciales son costosas, por los anticuerpos transmitidos el bebé se enfermará con menor frecuencia.

Existe la creencia de que durante la lactancia no es posible concebir un nuevo hijo. Esta creencia es equivocada.

La lactancia materna le permite al bebe un desarrollo y crecimiento sano, evita problemas digestivos, disminuyen los problemas orales y de caries dental en el futuro, se establece una relación más estrecha madre e hijo, disminuye el riesgo de muerte durante las primeras semanas de vida, la que se conoce como “muerte de cuna”, el niño se protege de enfermedades e infecciones comunes debido a los anticuerpos que contiene la leche materna.

Para una buena lactancia es fundamental que la madre tenga una buena alimentación y evitar que el organismo se desgaste, por lo tanto es muy recomendable que la madre coma sano, una dieta equilibrada que contenga carne, pescado, frutas y verduras, tomar al menos ocho vasos de agua al día.

De preferencia debe evitar consumir alimentos como brócoli, cafeína, col, sandía, lentejas, chocolates, mariscos, picantes, además de laxantes, sedantes, medicamentos si no son recomendados por el médico, ya que pueden causar cólicos e incomodidades intestinales al bebé. Además es de vital importancia que no se consuma alcohol o se fume, ya que las toxinas pueden pasar a través de la leche haciéndole daño al niño.

Los bebés comen generalmente cada tres o cuatro horas al día y cada cuatro o cinco horas por la noche al principio; conforme crecen, sus hábitos se modifican de acuerdo a sus necesidades.

Cuidados para amamantar

Para alimentarlo adecuadamente lava tus manos con agua y jabón, limpia la parte oscura del pecho llamado: “pezón y areola” con agua limpia.

Sostén la cabeza del bebé con el brazo y toma el pecho haciendo una C con la mano, pon debajo el dedo índice y el pulgar arriba. Utiliza el dedo pulgar para cuidar que la nariz del bebé no se vaya a tapar con el pecho.

Alimenta entre 10 y 15 minutos alternando cada pecho, esto se irá adecuando de acuerdo a las necesidades del bebé.

Cuando termine retira cuidadosamente al bebé, alejándolo del pecho con el dedo. Enseguida, ayúdalo a expulsar el aire cada vez que cambies de pecho y cuando termine de alimentarse, dándole pequeñas palmadas en la espalda para evitar cólicos.

Al término de alimentarlo puedes aplicarte leche o crema con lanolina para evitar que el pezón se reseque o sangre.

Es importante recordar que se debe empezar la siguiente toma con el pecho con el que se acabó de alimentar al niño.

Si se tienen molestias en los senos, o se agrietan es fundamental mantenerlos limpios y secos, también es recomendable colocar fomentos de agua caliente para deshincharlos.

En caso de dolor o fiebre consulta al médico, ya que se puede deber a una acumulación de leche en los senos o conductos mamarios tapados mejor conocida como mastitis o también debido a una infección.

Recomendaciones esenciales

Si el bebé saca demasiada leche al terminar de comer y se nota molesto, consulta al pediatra ya que puede ser reflujo o intolerancia a la lactosa. También si se duerme al poco tiempo que comienza a comer se debe a que no tiene suficiente hambre, lo más recomendable es esperar a que tenga más hambre y coma adecuadamente.

Para cuidar los senos durante la lactancia es fundamental, para combatir las grietas en los pezones es recomendable colocar dos o tres veces al día, la telita que se encuentra dentro de la cáscara de los huevos.

También se recomienda pasar alrededor de los pezones varias veces al día una gota de la leche que queda al final de un amamantamiento, ya que ésta contiene lubricantes y además una sustancia antibiótica que desinfecta, suaviza y cicatriza estas grietas.

Para aumentar la leche se recomienda consumir alimentos ricos en vitaminas B, C, D y hierro como es el caso de frutas en general salvo las frutas cítricas, cereales, hortalizas, verduras de color verde, leche y sus derivados, legumbres y frutos secos con el fin de que la producción de leche sea más efectiva y rica.

Para producir más leche es fundamental que al momento que el bebé se prenda bien al pezón y la areola para lograr que tome leche sin tanto esfuerzo y evite cansarse; ofrece el pecho con frecuencia, a libre demanda, de esa forma el estímulo será mayor y por ende la producción de leche también, cuando se da pecho es mejor estar relajada y esto se le trasmitirá al bebé, se debe descansar en forma adecuada y se evitará cansancio y estrés.

También se debe beber 2 o 3 litros de agua por día, evitar el exceso de café, té o bebidas carbonatadas, poner en práctica una dieta variada, con alimentos naturales, consumir semillas, como la de girasol, sésamo, linaza, entre otras; de preferencia las que no inflamen ya que poseen múltiples principios nutritivos, consumir levadura de cerveza, ya que se cree que esta ayuda a aumentar la producción de leche.

También se recomienda mezclar 2 cucharadas de avena y 1 cucharadita de azúcar en una taza de leche. Comer en el desayuno a diario.

Beber jugo de zanahoria natural con regularidad favorece considerablemente la producción de leche materna.

Consumir atoles también favorece el aumento de leche, pero de preferencia en agua ya que se debe recordar que estos son carbohidratos y que su consumo debe ser limitado. Al elaborarlos se deben hacer más ligeros limitando el uso de azúcares.

El complejo B es muy útil para producir más leche, pero se debe recordar que no se debe auto medicar, por lo que se deben consumir alimentos ricos en complejo B como el queso, yogurt y los frijoles, si no causan inflamación o el bebé los tolera.

Publicación en Impreso

Edición: 130
Sección: Remedios de mi pueblo
Autor: Ruth y Mónica Barragán

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