Los hechos que han tejido nuestra historia
Acta de nacimiento
Nuestra Diócesis fue creada por el Papa Pablo VI el 25 de marzo de 1972. Nació en el contexto de la renovación eclesial impulsada por el Concilio Vaticano II (1962-1965) y por la Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en Medellín (1968) y en medio de una situación de protesta a nivel mundial y de una aguda crisis económica en nuestro país.
Los primeros pasos
El 30 de junio de 1972 llegó y tomó posesión Don Leobardo Viera Contreras como primer obispo diocesano. En esta primera etapa, la tarea fue colocar los cimientos y las estructuras de esta Iglesia naciente. Por la enfermedad del señor Viera, de julio de 1977 a enero de 1978, estuvo al frente de la Diócesis el señor Cardenal José Salazar López como Administrador Apostólico. Él fue un factor decisivo en la consolidación de la organización pastoral y en el fortalecimiento de la unidad del presbiterio.
Momento de arranque
El 30 de enero de 1978 llegó Don Serafín Vásquez Elizalde como segundo pastor de la Diócesis. Con Don Serafín al frente, arrancó un proceso pastoral orientado a impulsar y consolidar un nuevo modo de vivir la fe y de ser Iglesia, y se establecieron las bases de una Pastoral de Conjunto, orgánica y corresponsable. Este proceso se fue tejiendo y consolidando a través de decisiones y experiencias clave. La experiencia de los “Cursos de Pueblo” que se vivieron de 1979 a 1983; la proclamación de las opciones diocesanas por una Iglesia con sentido comunitario, por los más pobres y por las nuevas generaciones, y la decisión tomada en 1983 de formar los futuros sacerdotes en nuestra Diócesis, entre otras cosas, marcaron el caminar e imprimieron identidad al caminar diocesano.
Detonante que despertó la organización
El sismo del 19 de septiembre de 1985 fue un suceso doloroso que provocó muerte y destrucción y un detonante que puso al descubierto las necesidades y angustias del pueblo. La decisión de apostar, ante la desgracia, por un proceso de autogestión, participación, organización y solidaridad con y desde los pobres generó creación de múltiples organizaciones básicas y civiles. De los escombros nació la vida y la esperanza.
Cristalización del proceso
De 1986 a 1993, una vez aclaradas y asumidas las opciones y las líneas pastorales se cristalizó el proceso pastoral en los dos primeros planes diocesanos de pastoral. El primero se promulgó el 30 de junio de 1986. Y el segundo el 28 de enero de 1994. Como fruto de un largo trabajo de investigación participativa y de un cuidadoso análisis de la realidad, realizado por un significativo número de agentes de pastoral, y el esclarecimiento de que la Comunidad Eclesial de Base no es el grupo de reflexión bíblica, sino el cimiento y expresión viva del Nuevo Modelo de Iglesia en la base, la definición de las prioridades pastorales fueron factores que animaron el proceso pastoral. Proceso que se fortaleció en noviembre de 1987, con el nacimiento del Proyecto de Capacitación Laical (PROCALA) y con el Encuentro Nacional de CEBs celebrado en nuestra Diócesis en 1992.
Momento de síntesis y proyección
El Sínodo Diocesano, vivido de mayo de 1994 a noviembre de 1996, es sin duda la experiencia que se configura como la síntesis y proyección del proceso pastoral diocesano, frente a su misión y a la realidad socio-cultural de nuestros pueblos de la región sur de Jalisco. Define el proyecto evangelizador y ratifica que la Diócesis, en su práctica pastoral, tiene un estilo de vida, explicitado en el Nuevo Modelo de Iglesia que se expresa en términos de legislación sinodal y se registra en sus cuatro documentos.
Tiempo de siembra
Luego de celebrar los 25 años de vida diocesana en 1997, la tarea fue poner en práctica los lineamientos y normas del Sínodo Diocesano. El camino elegido para animar la misión han sido las asambleas celebradas tanto en el nivel de base, parroquial y vicarial, como a nivel diocesano. Las asambleas han sido la expresión de caminar juntos, los espacios propicios de toma de decisiones y los faros que orientan las tareas y esfuerzos pastorales de frente al futuro. Las ocho asambleas diocesanas han sido pasos vividos con esperanza y compromiso, impulsadas con la fuerza del Espíritu.
Compromiso misionero
La reflexión sobre el hecho de que la Iglesia nace de la acción evangelizadora y que la misión no debe ser sólo dentro de su propio territorio, sino que debe abrirse a otros hermanos y a las necesidades de otras diócesis. Ante la invitación expresa de la Diócesis de san Cristóbal de Las Casas de coordinar y animar una parroquia de esta diócesis, se acordó, luego de una consulta, asumir la animación misionera como una tarea y aceptar como lugar de misión en forma estable, la parroquia de santa Catarina, en Pantelho´, Chiapas. El 30 de enero de 1998 se envió a los primeros misioneros. Y el 21 de febrero inició la misión.
Un nuevo abono
Con el objetivo que la Diócesis, con la fuerza del Espíritu Santo, anime y promueva la vida comunitaria desde la base, dé testimonio del Evangelio y encarne el Sínodo Diocesano para ser esperanza de vida nueva en el nuevo milenio, el Señor Obispo Serafín Vásquez promulgó el 31 de enero del año 2000, en Catedral, el Tercer Plan Diocesano de Pastoral.
Nuevo Pastor
El 10 de febrero de 2000, de la Diócesis de La Paz, California llegó Don Braulio Rafael León Villegas como Padre y Pastor, a guiar a la Diócesis y a continuar el proceso pastoral con los criterios de la pastoral de conjunto. En sus visitas continuas a las comunidades, en las celebraciones, asambleas, encuentros y reuniones su palabra siempre es de aliento y esperanza. Ha participado en las últimas cuatro asambleas diocesanas. En abril de 2008 promovió el taller sobre el documento de Aparecida y el 20 de noviembre de 2009, en la séptima Asamblea Diocesana, celebrada en Techaluta, promulgó el Cuarto Plan Diocesano.
40 Aniversario
El próximo 30 de junio celebraremos cuarenta años de ser Diócesis. Un acontecimiento eclesial que nos da la oportunidad para hacer memoria de nuestro caminar y renovar nuestro compromiso de continuar, en este contexto marcado por la exclusión y la violencia, una Iglesia en camino, semilla y servidora del Reino en estas tierras del sur de Jalisco.
La Diócesis en números
Superficie total: 9 mil 344 kilómetros cuadrados.
Población total: 421 mil 42 habitantes.
Católicos: 396 mil 622.
Parroquias: 53 y 6 vicarías fijas.
Sacerdotes: 103. 93 en la Diócesis. 10 en otras diócesis.
Religiosos: 18 (Jesuitas, Josefinos y Franciscanos).
Religiosas: 108 de Derecho pontificio.
Seminaristas: 45 en total. 8 en el Curso Introductorio. 19 en Filosofía y 18 en Teología.
Colegios católicos: 16 con un total de 3 mil 453 alumnos.
Celebración de Sacramentos en 2011: 8 mil 996 bautizos. 7 mil 132 primeras comuniones. 5 mil 932 confirmaciones. Mil 711 matrimonios.
Publicación en Impreso
Edición: 118
Sección: Dichos y Hechos
Autor: P. Luis Antonio Villalvazo