La vida se trabaja con vida
Los indígenas plantaban el maíz en forma muy sencilla: ponían las semillas en un agujero, las espolvoreaban con ceniza de madera, añadían un pescado muerto y cubrían las semillas con la tierra.
Desde hace más de 7 mil años en tierras mexicanas la siembra de maíz se ha practicado en cada temporal de lluvias. Tehuacán Puebla, es el lugar donde fueron encontradas las muestras más antiguas del maíz.
En la comunidad de Tepec, municipio de Amacueca Jalisco se encuentra un campamento en el predio llamado Lomas del Batan, en el que está unido un grupo de 47 campesinos llamado grupo UCAZS -Unión Campesina Zapatista del Sur- quienes luchan por las siembras y vidas orgánicas. Tienen tres años de trabajar en la siembra del terreno intentando con el método tradicional, sin químicos y sin quemar la maleza o el coamil.
El proceso comienza con el desmonte, que es quitar los palos o madera gruesa y luego permitir que la hierba se pudra. Luego se siembra encima de ella. Se escarba un pozo como de 8 cm. de profundidad con una coa o con un pico. Se le agrega el fertilizante natural que es caca de borrego, se coloca el maíz y se tapa el pozo. Los campesinos del UCAZS utilizan semilla criolla que recolectan de su siembra anterior, separan las mazorcas más grandes y buenas.
Las siembras están basadas en el ciclo lunar, si quieren tener más fruto y menos pastura, siembran cuando la luna está en cuarto menguante y cuando quieren tener más pastura para los animales y menos maíz siembran cuando la luna está en cuarto creciente
Dicen ellos: “la materia orgánica producto de los residuos de la maleza y de una cosecha anterior al estar incorporadas al suelo ya descompuestas, tiende a hacer más porosa la tierra, lo que permite aumentar la capacidad de retención de humedad y favorece la circulación de aire, así se crean condiciones favorables para tener buena cosecha, hemos obtenido entre tres y cuatro hectolitros por hectárea”.
Este trabajo lo realizan sin utilizar animales, pero su pensamiento es sacarle provecho a la tierra sin dañarla, además han practicado la siembra en común con buenos resultados. Todo el trabajo lo realizan en grupo tanto el desmonte, la siembra, la limpia, y la cosecha. Enseguida se reparten por porciones iguales tanto el fruto como los beneficios de la siembra.
El señor Ignacio García “Nacho” aseguró que en las siembras en común les ha ido mejor que sembrar en forma individual. La mayoría de los integrantes están a favor de una siembra ecológica: “No todos son campesinos de tiempo completo, algunos de ellos tienen además otro trabajo para solventar sus más básicas necesidades, de los integrantes de este grupo unos compañeros optaron por la siembra de hortalizas, árboles frutales, mezcal para pulque, órganos para pitayas y se tiene pensado en la apicultura”.
El señor Timoteo Ramírez Apolinar de 90 años originario de Sayula Jalisco fue campesino la mayor parte de su vida y compartió: “hay que saber muy bien los tiempos en que se deben realizar los trabajos para sembrar, dónde se puede meter tractor, cómo preparar la tierra: primero se barbecha antes de sembrar, es desbaratar los terrones gruesos pues la tierra debe estar porosa si no el maíz cultivado no sirve para dar fruto. En la actualidad se puede sembrar con tractor, pero a quien no tiene este tipo de maquinas le sale muy caro rentarlas y si es poco el terreno le conviene menos”.
Antes se sembraba con arado y una yunta ya sea de bueyes o de mulas, también puede ser de buenos y obedientes caballos. El campesino va atrás de los animales dirigiéndolos para que no se salgan del surco. Deposita la semilla al mismo tiempo.
De la misma manera se puede sembrar también en los coamiles, se limpian y se siembra, después cuando la milpa ya creció se le da paleta, que es tumbar la maleza que nazca y poner algo de fertilizante buscando que la milpa se fortalezca y se nutra con la tierra que se le arrime.
Hoy por hoy los campesinos con verdadera vocación, destacan su gusto por trabajar la tierra de manera esmerada al usar recursos naturales. Cuidan la materia orgánica en el suelo. Se abstienen del uso de agroquímicos, cuidan la semilla criolla y si se puede utilizan el arado de tiro, pues la vida se trabaja con vida y con esfuerzo.
Publicación en Impreso
Edición: 119
Sección: Raíces del Sur
Autor: María de Jesús Ramírez