La tragedia convertida en poesía y esperanza

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Con la muerte de Juan Francisco Sicilia, en 2011, hijo del poeta Javier Sicilia, y otros cuatro jóvenes más, el dolor se convirtió en esperanza para el pueblo de México.

Javier Sicilia encabeza una organización que busca la justicia para todos aquellos que han sido “victimas colaterales” y de todos y todas que han sido violentados, secuestradas y asesinados o asesinadas por la violencia que impera en el país. El movimiento que encabeza Sicilia es lo que busca; encontrar un punto de quiebre para volver a una vida digna, una vida en donde salir a dar la vuelta no sea motivo para recibir disparos, para ser privado de la vida. Un punto de partida para hacer que “nuestros” gobiernos y “nuestros” criminales no sigan con la violencia que se ah desatado.

A Javier Sicilia le tocó recrear su propia historia y convocar a todo un pueblo a luchar y no callarse ante la situación actual de violencia por la que atraviesa México.

Con el lema “Estamos hasta la madre”, Sicilia apareció como un indignado más, una víctima de la guerra contra el narcotráfico iniciada por Felipe Calderón Hinojosa al inicio de su gobierno en el 2006. Quizá nunca pensó que los poemas que escribió habría de vivirlos o dedicarlos a una situación de esta magnitud:

“Recuerda, cuerpo, cuánto te quisieron: / no sólo las alcobas donde amaste/ y los desnudos cuerpos que gozaste, / sino también los ojos que te vieron, / los labios que por ti de ardor temblaron/ y por los cuales en deseo ardiste”-fragmento del poema Despedida publicado en el libro De vigilias ante la vida- este Javier Sicilia, con la rabia e indignación a la que el propio Estado mexicano lo llevó, consiguió “levantar la solidaridad” como él mismo lo dijo. Dio paso para que el poeta saliera de sus letras y las impregnara en una sociedad aturdida por la violencia que ah generado el enfrentamiento de poderosos grupos de criminales contra poderosos grupos de políticos en la nación.

La lucha que se inició poco más de un año tuvo por fin sus resultados. En marzo pasado el Senado de la República aprobó la Ley General de Victimas la cual da protección a todas aquellas personas que han sido objeto de cualquier tipo de violencia, ya sea a causa del crimen organizado o directamente de los políticos del país. Con esto se visualiza que los movimientos sociales aún están vivos. Basada en artículos constitucionales que ven por la protección a los ciudadanos, la ley es el resultado de la lucha por un mundo mejor.

Para Javier Sicilia y muchas personas más la lucha no ha terminado, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad resiste hasta esclarecer los crímenes de odio que se han suscitado, aunque aún hay mucho por hacer no solo por las víctimas de esta actual guerra, sino por todos aquellos que el Estado mexicano a violentado a través de los años y que sus crímenes siguen impunes. La revista Times entrego a Sicilia el premio Personaje del Año en el 2011 por su constante activismo político a partir de los sucesos de aquella mañana de marzo.

Publicación en Impreso

Edición: 117
Sección: Contraportada
Autor: Alonso Sánchez

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