La ciudad que se apaga
Detroit es capital del estado norteamericano de Michigan y por muchos años fue conocida como la Ciudad del Motor por ser sede de la industria automotriz de Estados Unidos y albergar las plantas productivas más grandes de empresas como General Motors, Ford y Chrysler. Ahora vive días oscuros.
El alcalde Dave Bing declaró en bancarrota a la ciudad y suspendió los pagos de la deuda que tiene con el gobierno federal, lo que deben asciende a 18 mil 500 millones de dólares. La debacle de esta ciudad tiene su origen en la migración de su planta productiva hacia otros lugares en los que es más barato producir, lo que ha reducido notoriamente los puestos de trabajo. En consecuencia la gente ha huido de Detroit, y la ciudad se ha despoblado.
Otro de los problemas que enfrenta esta ciudad en crisis es la violencia en las calles. Detroit se ha clasificado como una de las ciudades más peligrosas de Estados Unidos, ya que tiene la mayor tasa de homicidios en 40 años. En 1962, por cada 100 mil habitantes tres personas eran asesinadas. En comparación con el 2011, se incrementó el número a 36 por cada 100 mil. La situación se agrava ya que el gobierno en bancarrota no puede invertir en medidas para mitigar el problema como pagar el alumbrado para que haya calles iluminadas o ampliar el cuerpo policiaco.
La falta de visión e innovación en cuanto a la planeación de política económica y planeación financiera en el gasto del gobierno municipal, fue en parte la causante de esta crisis. Frente a los constantes cambios en la forma de producir es importante saber adaptarse a ellos.
Los cambios en el sistema económico, derivados del libre comercio han traído consigo que las empresas automotrices llevaran sus plantas a otras ciudades de otros países. Con la ausencia de empresas, las personas deben buscar trabajo y oportunidades en otras ciudades para solventarse económicamente. Esto es en parte lo que se vive en Detroit.
La ciudad del abandono
En los años cincuenta, la población de Detroit era de aproximadamente dos millones de habitantes. En la actualidad cuenta con sólo 700 mil personas. Los ciudadanos han emigrado por la inestabilidad económica, el cierre de empresas, la falta de empleos y la inseguridad; buscan lugares en donde puedan encontrar trabajo, seguridad y tranquilidad.
En 1960, Detroit poseía la renta per cápita más alta de Estados Unidos, siendo también la cuarta ciudad más grande de ese país. En la actualidad, es el municipio más pobre de la nación. La ciudad empleaba a un buen número de personas en la industria automotriz. Actualmente la tasa de desempleo es de 71% y ocupan el tercer lugar después de Alaska y Oregón. Con la falta de empleos, el cierre de empresas, la pobreza se ha instalado en Detroit.
Se calcula que en Detroit existen 80 mil edificios abandonados, pero deben sumarse las casas que de igual manera están deshabitadas. Los centros comerciales, las plazas públicas y las calles en general se encuentran vacíos debido no sólo a la crisis financiera que se vive, sino también a los índices de criminalidad. Cada día, la delincuencia se presenta en las calles de Detroit, en forma de asesinatos y asaltos.
33% de la superficie urbana ahora se encuentra despoblada. La situación que se vive es grave por lo que algunos especialistas en economía señalan que posiblemente tendrá un impacto considerable en la economía nacional de Estados Unidos. Los impactos ya son directos al estado de Michigan en lo económico, social y político.
La falta de compromiso de los gobernantes en Detroit, además de la corrupción han contribuido en parte a que se agrave esta situación, y en un entorno internacional económicamente incierto, parece que no habrá una solución próxima a los problemas de esta ciudad.
Otro elemento que influyó en el abandono de Detroit fue el alza en los costos de transporte tanto de personas como de mercancías. También se incrementaron los costos de la vivienda. Algo que no es ajeno a México.
Sin fuentes de empleo formales, el ingreso de las personas se reduce y la gente deja de comprar productos y cosas necesarias para la vida habitual. Esto impacta en la actividad económica, ya que si la gente no consume en restaurantes, no va al cine, deja de salir a consumir en las calles, la actividad económica se interrumpe y empieza a caer en un círculo sin fin. Sin gasto, no hay ingreso para los comerciantes y productores, y éstos tienen que cerrar sus empresas. Luego la economía comienza a paralizarse.
Es necesario que frente a este tipo de problemas los gobernantes puedan planear soluciones eficaces para prevenirlas o hacerles frente. Para ello, es necesario que se tomen de ejemplos a otras ciudades. Detroit es una invitación a prever e intervenir y actuar en la planeación de las ciudades.
El sistema económico capitalista por el que se rigen la mayoría de las naciones ha generado muchas crisis en los últimos años y de diferentes índoles como económicas, sociales, políticas, y financieras.
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En 2013, México se posicionó como el quinto país productor de automóviles a nivel mundial. Esto se debe en parte a que los costos de producción son menores que en otros países como Estados Unidos y la mano de obra es más barata.
Pese a estas noticias favorables, la pobreza es un síntoma que aún sigue presente en la actualidad. Según informes del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), cerca de 50 millones de mexicanos viven en situación de pobreza. Es importante remarcar que 70% de los municipios en México están en bancarrota.
Un camino que quizás pudiera cambiar
La industria automotriz es un detonante económico, aunque es necesario considerar que no dura para siempre. La industria puede migrar, como ya lo hizo en Detroit hacia regiones que le ofrezcan mejores condiciones de producción. Además, enfocarse en una sola actividad, como es el caso de la industria automotriz, es una apuesta riesgosa, ya que el mercado es cambiante.
La falta de innovación y la resistencia al cambio ponen barreras a las capacidades de un país para afrontar escenarios adversos en la economía. La falta de innovación y la resistencia al cambio puede llevar a las regiones a una crisis.
En los años cincuenta Diego Rivera pintó murales para esa ciudad, en los que retrató el esplendor industrial que se vivía en esa época. Lamentablemente hoy, el gobierno de esa ciudad contempla la posibilidad de subastar los murales como medida para conseguir ingresos que ayuden a subsanar sus deudas.
Una estabilidad económica aparente no es garantía de desarrollo perpetuo. Hasta las ciudades con mayor estabilidad económica, una planta industrial productiva sólida y vinculadas con el comercio internacional; pueden ver terminada la historia del esplendor automotriz, el progreso económico no es permanente y ello lo demuestra el caso de Detroit.
Publicación en Impreso
Edición: 131
Sección: Página Viva
Autor: Liliana García Rosales