Hechos recientes son fuentes de reflexiones al futuro
Todo parecía que el aniversario número 38 de nuestra Diócesis pasaría inadvertido. Pero la muerte inesperada de nuestros hermanos sacerdotes Ramiro, Francisco y Enrique rompió el silencio. Su muerte fue un grito que desató una cadena de reflexiones. Tomar conciencia de nuestra vulnerable condición humana fue una primera meditación. El sacerdote, como toda persona, está hecho de barro; que en un proceso continuo de maduración conjuga el agua de sus cualidades con la tierra de sus debilidades. Su único privilegio es su respuesta al llamado de Dios para que sea testigo de su amor y confirme la fe de sus hermanos.
La forma repentina de su muerte nos llevó a valorar la vida como el regalo más grande recibido de parte de Dios y de nuestra responsabilidad que tenemos de vivirla con sentido. Ellos, desde su condición humana, nos ofrecieron su testimonio de vida a través de sus servicios pastorales prestados en su ministerio. El entusiasmo del P. Ramiro a la Pastoral Familiar y al Movimiento de Cursillos. El amor del P. Francisco a la Sagrada Escritura y su empeño a la formación de los agentes de pastoral, de manera especial, al grupo de los Diáconos permanentes. El cariño del P. Enrique a la catequesis son ofrendas que seguirán floreciendo y, con la fuerza del Espíritu, continuarán animando nuestro compromiso de ser parte viva de una Iglesia sencilla, semilla del Reino.
La celebración de sus funerales, en la tarde nublada –signo de luto- del viernes 2 de julio, fue una expresión del amor del pueblo a sus sacerdotes. Desde la llegada de sus cuerpos a Catedral, hombres, mujeres, ancianos y jóvenes de Atenquique, Tuxpan, Zapotiltic y de otros muchos lugares, con sus lágrimas, cantos y rezos tejieron una plegaria por su eterno descanso. A las cuatro de la tarde inició la celebración presidida por nuestro Señor Obispo Rafael y con la presencia de 72 sacerdotes de la diócesis. No importó ni el día ni la hora; porque lo importante era estar ahí para sentirnos hermanos comprometidos a seguir amarrando los lazos de nuestra solidaridad. Después de la concelebración, sus cuerpos fueron velados en sus respectivas parroquias.
El dolor por la pérdida de estos tres sacerdotes se profundizó al conocer la muerte anunciada del P. Raúl Valdovinos. Luego de su enfermedad que poco a poco fue menguando sus capacidades físicas y que se agravó después de una caída donde se golpeó la cabeza. El martes 6 de julio murió en el hospital San Francisco en Guadalajara. Al día siguiente, la comunidad de San Andrés, Ixtlán, sus familiares, 52 sacerdotes, nuestro pastor don Rafael y el obispo auxiliar de Guadalajara Rafael Martínez nos unimos para presentar la vida y el testimonio del P. Raúl como una ofrenda a Dios, Señor de la Vida.
Pero este acontecimiento no debe quedarse ni en el dolor ni en el olvido. Dios nos llama a no perder vista que lo vital y trascendente es continuar trabajando en la construcción de su Reino. Es cierto que en nuestra diócesis hay pocos sacerdotes, que más del 70% rebasan los cincuenta años de edad, que muchos están enfermos, que en los dos últimos años no se ha ordenado ningún seminarista, que son pocos los jóvenes que pretenden ser sacerdotes… sí, es cierto, pero también es verdad que es un momento crucial para que los bautizados vivamos nuestra fe y misión con más compromiso.
Pues el gran desafío pastoral es que haya sacerdotes –sean pocos o muchos, jóvenes o ancianos- que asuman el compromiso de ser pastores animadores de la vida cristiana y promotores de servicios y ministerios que respondan a las necesidades de la comunidad, que en un trabajo de conjunto con los seglares decididos a vivir su bautismo, sean sujetos responsables en la construcción de una nueva comunidad cristiana y de una nueva sociedad, donde en nombre de Cristo, luchen por una vida digna para todos y todas. Trabajar por una iglesia con rostro laical es el reto, porque de su cumplimiento depende el futuro de nuestra iglesia.
En medio de los dolores y esperanzas, la semilla del Evangelio se sigue sembrando en nuestras comunidades. En estos meses de julio y agosto, el Preseminario, en sus tres niveles, por el trabajo del equipo diocesano y de las vicarías, por número de participantes, sobre todo, en la jornada de los preparatoria y bachillerato donde participaron 60 jóvenes, así como por el ambiente de convivencia y reflexión, fue una experiencia que sembró esperanza.
En varias comunidades la celebración de sus fiestas religiosas y de los sacramentos de la Primera Comunión y la Confirmación ha animado la vida cristiana en cientos de familias. El fin de cursos del Seminario, la vivencia de discernimiento de los seminaristas que terminaron los estudios de la filosofía que han decidido continuar su preparación al sacerdocio en la última etapa de su formación, que es la teología, sin duda que son también signos de esperanza. Los mismos cambios de varios sacerdotes, aunque no dejan de tener un tinte de tristeza, son oportunidades para una renovación de la vida pastoral en las comunidades y, por supuesto, también para los padres.
Cerramos este artículo felicitando a nuestros hermanos sacerdotes que, en este mes de agosto, cumplieron un aniversario más en su ministerio sacerdotal. A Timoteo Granados y Juan García, por sus 30 años. Al P. Salvador Urteaga por sus 43 años y al P. José Ángel Ávila por sus 37 años.
Amigo Irremplazable
Claudia Rodríguez Fregoso
El Padre Ramiro sin duda alguna, marcó de manera significativa al Movimiento de Cursillos, pues le imprimió una chispa de creatividad. Era un hombre con ángel que nos dejó grandes enseñanzas. Una de ellas que recordaremos constantemente es: «que hacer bien lo que nos toca era el primer paso para cumplir nuestra misión».
Sus palabras eran bálsamo para las heridas del alma. Fue un amigo incondicional a quien le agradezco me haya ayudado a caer en la cuenta de que en mi trabajo de enfermera, donde a diario convivo con los enfermos, es una oportunidad para encontrarme con Cristo y convertirme en instrumento de Dios en horas de dolor. Padre Ramiro, amigo irremplazable, siempre estarás en nuestro corazón.
Juanita Barragán
Un amigo se va inesperadamente. Sólo los gratos recuerdos y enseñanzas se quedan en el corazón. Esto fue lo que nos ocurrió con nuestro Padre Ramiro Cobián. Él nos inspiró confianza para la reconciliación. Fue un buen discípulo y maestro de la vida de Jesús, no sólo de palabra sino con hechos. Su calidad humana robó nuestro corazón; su testimonio de vida alimentó nuestra fe y esperanza. Con su tiquitiqui y tarareo de canciones nos contagió la alegría que siempre traía en su corazón.
Fue nuestro segundo padre que compartió su amor y cariño por sus padres. Sus frases: Haz bien lo que te toca hacer, no más; vive en paz. Estas entre otras muchas frases quedaron tataudas en nuestra vida, que harán que su recuerdo permanezca siempre en los miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de nuestra Diócesis.
Hermano, gracias por tu generosidad
P. Martín Lucas Núñez
Padre Francisco, ¡Felicidades por estar ya descansando en la casa del Padre!, ciertamente a todos nos sorprendió y nos agarró de sorpresa tu partida, Dios te llamó cuando menos lo esperábamos, al medio día de tu vida terrenal, 48 años vividos con gran intensidad, 18 de vida ministerial. Nos dejaste cuando aún tenías mucho por aprender y compartir, fuerzas para trabajar y servir, y anhelos de un mundo feliz por venir. Hermano, siempre estarás presente en nuestra memoria y corazón, como aquel pastor que siempre sufrió y luchó por vivir en fidelidad su vocación, impregnada de sabiduría, de pobreza, sencillez, solidaridad desgastada en el servicio generoso.
Un sacerdote comprometido
P. Jorge Torres
Padre Enrique, a tus apenas 38 años cumplidos, tu muerte repentina nos provocó tristeza y dolor. Pero tus doce años de ministerio sacerdotal, vivido con alegría y generosidad, es una herencia que nos llena de esperanza y gratitud.
Aprendiste a ser servidor en la comunidad cristiana motivado por el testimonio de tu mamá que era catequista y prestaba varios servicios en su barrio y parroquia. Y fue precisamente tu experiencia en la catequesis infantil, vivida en el nuevo modelo de iglesia, donde el Señor te llamó, primero a ser catequista y, luego a la vida sacerdotal. Tu amor por la catequesis es una de tus herencias.
Fuiste miembro de una familia pequeña y pobre. Aprendiste a vivir con austeridad. Gracias por tu ejemplo de compartir tu vida y tus bienes. Tu gusto por el futbol, que te ayudó a fortalecer las relaciones humanas y la amistad con tus hermanos sacerdotes, es otra de tus herencias.
Gracias amigo y hermano sacerdote porque fuiste un servidor que viviste tu vocación con alegría, responsabilidad y generosidad. Que el Señor que te llamó, te premie con la salvación eterna.
«Un viejo amor,
ni se olvida ni se aleja»
Sagrario Aguirre Mora y
Manuel Ignacio Benito
Padre Raúl Valdovinos: aquí está tu pueblo, tus hijos, tu familia, tus hermanos. Aquí está nuestro altar, el de nuestra vida hecho de maíz, de madera, de cantera, de raíz y de escobeta, de pólvora y motosierra. Esa es nuestra vida y aquí está presente en nuestras tradiciones, costumbres y recuerdos.
Aquí está tu pueblo, aquí está tu altar y nuestra Misa. Aquí está tu historia y la nuestra, la de Cristo en nuestro altar inmolada. Aquí está tu cruz en tu pueblo, como la de Cristo, bien clavada.
Tu pueblo quiere seguir muriendo para estar siempre resucitando. Tu pueblo quiere un rostro, uno solo, como el de Cristo nuestro Hermano. ¡Queremos vivir como hermanos!
Que Dios te tenga entre tus santos y elegidos. Ten presente que «un viejo amor ni se olvida ni se aleja; que un viejo amor de nuestra alma sí se aleja, pero nunca dice adiós». Siempre recordaremos tu mirada tierna e inocente. Descansa en paz.
Nuevos nombramientos de sacerdotes
Pbro. Andrés Gómez Gil
Administrador parroquial de San Andrés Ixtlán, Jalisco.
Pbro. Raúl Jiménez López
Pastor propio de la Cuasi Parroquia de San Bartolomé, Apóstol,
en Tuxcueca.
Pbro. Ernesto Orozco Hinojosa
Párroco de Santa María de Guadalupe, en Santa María del Oro.
Pbro. Avelino Flores Martínez
Vicario parroquial de San Pedro, Apóstol en Ciudad Guzmán y Notario del Tribunal Eclesiástico de Primera Instancia.
Pbro. Miguel Ángel Chavira de los Santos
Vicario parroquial de San Antonio de Padua, en Tapalpa.
Pbro. Gilberto Delgadillo García
Vicario parroquial de San Francisco de Asís, en Tizapán el Alto.
Pbro. Pedro Zavala Franco
Vicario parroquial de San Isidro Labrador, en Ciudad Guzmán.
Pbro. Juan Manuel Hurtado López
Párroco de Cristo Rey del Universo,
en Ciudad Guzmán.
Pbro. J. Lorenzo Guzmán Jiménez
Nuevo Rector de nuestro Seminario Diocesano.
Pbro. J. Jesús Facundo Ramírez Párroco de El Señor del Perdón,
en Zapotiltic.
Pbro.L. Genaro Cabrera Aparicio
Adscrito a Catedral con facultades de Penitenciario.
Pbro. J. Francisco Negrete Ayar Actual Párroco de El Jazmín,
es nombrado Administrador parroquial de Alista, Jalisco.
El llamado a la vida consagrada no es resultado de un acto espontáneo y aislado carente de raciocinio y de sentido común. Es la resulta de un testimonio de vida en donde los jóvenes de este espacio de este momento y de este universo dicen: yo quiero ser el elegido! (Qué gran honor) En donde sus modelos de conducta trasciendan lo que ven y sienten… en donde no existe la duda acerca de la heroicidad cristiana y la entrega de la propia vida en función del Reino… Eso es entrega, eso es «Vocare»… Yo te llamo. Y en donde la respuesta afirmativa a un modelo de vida congruente con una entrega total y definida basada en el modelo de Jesús, verdadero Dios y verdadero Hombre va acompañado de un grupo humano (la curia) que ofrece testimonio auténtico y real de VIDA de aquellas verdades teológicas en donde «Sígueme», tiene una significado absoluto y real que trasciende la vida propia mas allá de las propias capacidades y de nuestra condición temporal y efímera. Señores… quién tiene a su cargo la pastoral vocacional? aquel que tiene su nombre inscrito bajo una mención funcional o aquel a quién a dicho «Sí» al llamado… ¿Quién apaciguará las ovejas del redil?