Conmemorar es, no olvidar

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Pronunciamiento de ACDRA-SURJA sobre las celebraciones del bicentenario y centenario. Alianza Ciudadana de Desarrollo Regional Alternativo en el Sur de Jalisco.

La mejor manera de conmemorar el Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución es, no olvidar la violencia que vivimos fomentada por el gobierno.

No olvidar, en esta doble conmemoración, a la élite corrupta insensible a los problemas del pueblo, cobrándose salarios que nadie en ninguna parte del mundo gana y como contraparte los trabajadores que sobreviven con salarios de miseria. No olvidar las injusticias que viven nuestros hermanos indígenas, las injusticias cometidas contra el sindicato de trabajadores Luz y fuerza del Centro, la huelga de los mineros de Cananea, apuntando a barrer con el sindicalismo de los trabajadores de todo el país que nos hace preguntarnos: ¿Quiénes siguen?

No olvidar las injusticias cometidas contra los presos políticos sólo por luchar en favor de la ecología, o por sus derechos como los de San Salvador Atenco, o los campesinos de Santa María Ostula del municipio La Placita, Michoacán por mencionar algunos. No olvidar la ausencia de una vida digna para todas y todos que se manifiesta en la falta de acceso a la salud, a la educación, a una diversión sana y a todo lo más elemental como es tener casa propia, alimentación nutritiva y servicios públicos adecuados y suficientes. No olvidar el creciente desempleo, la crisis económica recurrente y el alza de los precios de la canasta básica. No olvidar el deterioro de la naturaleza, el desperdicio y contaminación del agua, la contaminación de la tierra y del aire que dañan no solo a los trabajadores, sino también a la población sobre todo a los más pobres. No olvidar la criminalización legal de la protesta y de la organización del pueblo para defender sus derechos humanos, civiles, económicos y políticos.

La celebración del bicentenario y el centenario no es pues un momento para celebrar, sino una buena ocasión para reflexionar sobre lo que vive nuestro país, al que los gobiernos han alineado a los países ricos y al neoliberalismo, sistema que solamente ha beneficiado a unos pocos produciendo la marginación de millones de seres humanos en el mundo, hundiéndolos en la miseria.

Ni la Independencia, ni la a Revolución Mexicana han hecho justicia al pueblo y sí a los que detentan el poder, ya que los logros revolucionarios se están privatizando como son la salud, la educación, la tierra y otros más. En una palabra, no se ha respondido a los problemas que propiciaron el movimiento de Revolución.

El no olvidar, nos lleva a una conciencia crítica. Y la conciencia crítica nos induce a dar una respuesta justa y comprometida a esta realidad que estamos viviendo. Por otra parte, nuestra experiencia como mexicanos en las luchas sociales a través de la historia nos muestra que sabemos responder ante las injusticias, la marginación, la discriminación y el individualismo.

Sabemos despertar conciencia, organizarnos, ser actores, sujetos activos y no meros objetos en la trasformación de este país. Sabemos superar la apatía y el conformismo. Sabemos ser la esperanza de un pueblo, pero no entendida como una mera ilusión que espera un pueblo cansado, desesperado, manipulado por la mayoría de los políticos que buscan sus propios intereses y de los poderes fáticos, cuya actitud se manifiesta en puras promesas y toda clase de engaños. Nada de esto debemos permitir porque nuestra esperanza no es pasiva, no es un juego, sino la esperanza de un pueblo activo que tiene decisiones propias y que lucha por un futuro distinto y mejor para nuestra Patria.

Por eso sabemos y debemos darnos cuenta de cómo nos manipulan armando toda clase de estrategias en los medios de comunicación. Produciendo censuras y rumores. Encubriendo la realidad que las mayorías están viviendo; una realidad de pobreza y exclusión, llena de miedos y odios, de criminalización de las luchas sociales, así como también manejando nuestras conciencias que buscan formarnos criterios e ideas totalmente falsas.

En base a todo lo dicho, concluimos que la celebración de la Independencia, la Revolución Mexicana y otros movimientos sociales aunque sean festejados con bombo y platillo, no tienen ningún sentido porque la situación, los ideales y las causas que propiciaron estos moviemientos siguen pendientes.

Más que ver hacia el pasado, tendremos que ver al futuro, descubriendo hacia dónde vamos, y a dónde queremos ir y nuestra responsabilidad en el destino de nuestra Nación que se debate entre la violencia, la pobreza, los contrastes intolerables, la esperanza, sobre todo de las nuevas generaciones, cada vez más olvidados.

Publicación en Impreso

Número de Edición: 104
Autores: ACDRA
Sección de Impreso: De Viaje por el Sur

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