45 años de caminar pastoral en la parroquia de San Miguel Arcángel
Las poblaciones de la actual parroquia de La Manzanilla de la Paz pertenecieron, como capellanía, a la parroquia de Tizapán el Alto en 1880. Siete años después, esta parroquia comenzó a ser atendida por el sacerdote Mauro Calvario, quien fue nombrado como primer Vicario fijo. A él le sucedieron los siguientes párrocos: Ezequiel Herrera, Simón W. Sallavedra, Perfecto Vargas, Antonio Montes, Vicente Magallón, José María Villaseñor y Raúl Romo Macías, quien fue el último Vicario fijo.
Actualmente, la parroquia de La Manzanilla de la Paz está formada por trece comunidades, las cuales pertenecen a tres municipios: Las Cebollas (Tuxcueca); El Volantín, La Rosa Amarilla, El Zapote, La Colonia Madero y El Churintzio (Tizapán); Villa Morelos, El Aguacate, La Sabinilla, La Tuna, La Tienda Nueva y La Soledad (La Manzanilla de la Paz).
El 11 de mayo de 1965, la parroquia se integró al Arzobispado de Guadalajara, y bajo esta nueva circunscripción, el Pbro. Raúl Romo Macías (1965-1972), fue el primero en presidirla. En 1972, la parroquia de La Manzanilla de la Paz pasó a formar parte de la Iglesia Diocesana de Ciudad Guzmán. A Romo Macías le siguieron párrocos como Ramón Quintero Pineda (1972 – 1979); Rogelio Rangel Castañeda (1979 – 1988); Agustín Trinidad Velasco (1988 – 1994); Humberto Gómez Pineda (1999 – 2006); y Eduardo Barragán Lepe, actual párroco.
El 11 de mayo de 2010, cuarenta y cinco años después, con el corazón profundamente agradecido, alabamos a Dios-Pastor, quien nos ha concedido experimentar su paso en el caminar pastoral. Él, a través de los nuevos agentes de pastoral, ha hecho brotar la esperanza en nuestros barrios y ranchos. En estos días recordamos con gozo a los presbíteros que han pasado por nuestra parroquia, acompañándonos a realizar nuestra misión; ellos, junto con los agentes de pastoral, han sido promotores de nuevos ministerios en la comunidad. Nos sentimos en camino de ser una Iglesia articulada y descentralizada, en donde la misión de laicos y laicas es insustituible. Precisamente, por lo anterior, presentamos una entrevista con Silvia Haro, agente de pastoral de la parroquia La Manzanilla de la Paz, desde hace 21 años.
¿Qué es lo que más te entusiasma de tu parroquia que ha cumplido 45 años?
Celebrar los 45 años de ser parroquia, comprendo las maravillas que está obrando el Espíritu Santo a lo largo y ancho de nuestra parroquia, comunidad de comunidades. Él hace que los lugares de oración aislados se transformen en vigorosas comunidades de fe, amor servicio y auténtica amistad. Estas comunidades han logrado darse cuenta de que están llamadas a llevar el Evangelio de Jesucristo a todos los que están a su alrededor, trabajando en unidad como cuerpo de creyentes y no como cristianos aislados. Le doy gracias a Dios, porque el Sínodo Diocesano, fue para nuestra parroquia sentir a Él como Pastor que anda en nuestros barrios y ranchos, muchos agentes de pastoral bebimos de sus documentos y comprendimos lo que tiene que ser nuestra vida y misión como bautizados. Otra realidad que apasiona mi corazón son las opciones pastorales que nuestro Obispo Serafín Vázquez hizo por Los Pobres, las Comunidades eclesiales de Base y los jóvenes. Nuestro Obispo Rafael ha secundado estas opciones en la Diócesis, explicitándolas en el Cuarto Plan Diocesano de Pastoral.
¿Qué opinas de la misión de los laicos en la Iglesia y sobre todo en la parroquia?
Recuerdo lo que el Papa Juan Pablo II decía: “la evangelización es la Misión de la Iglesia”; esto me motiva a esforzarme para que nuestra parroquia sea comunidad evangelizadora; los católicos no podemos darnos el lujo de ser espectadores pasivos de las ceremonias religiosas, el pertenecer a la parroquia trae consigo la urgente obligación de compartir activamente nuestras riquezas humanas y espirituales a través de una generosa dedicación a la tarea de evangelizar. Cada uno, y cada una debemos esforzarnos por hacer lo que esté a nuestro alcance, para que nuestras parroquias sean faros de esperanza y acogida; que sea una iglesia que siga echando sus raíces en donde el pueblo se juega la vida; lugares de encuentro entre Dios y su Pueblo en donde el pueblo canta, llora, sufre, se lamenta, reza a Dios, celebra, hace fiesta y escucha la Palabra de vida.
¿Qué servicios hay en tu Parroquia y cómo los promueven?
Los servicios que actualmente existen en esta Parroquia de La Manzanilla, y que se han ido fortaleciendo poco a poco, son: grupos de reflexión, catequesis, ministras de la comunión, celebradoras, monaguillos y monaguillas, pastoral juvenil, presacramentales, éstos son en el campo eclesial; en lo social: promotores y promotoras de salud y nutrición, de ecología, grupo de campesinos y campesinas; en algunas comunidades de la Parroquia se han formado los comités de fiestas patronales. Nos queda mucho por caminar, hemos hecho el esfuerzo de promover los Consejos Comunitarios y en cada comunidad se invitan a nuevos agentes.
¿A qué te desafía el participar como agente de pastoral en esta parroquia?
A mí me desafía a ser un miembro activo de la evangelización, que mi testimonio se exprese en mi vida cotidiana en la comunidad, alimentada por la Palabra de Dios y Eucaristía; con una fe viva y constante en los sacramentos, centrada en Dios para hablar de Él con valentía. Me desafía también a empujar para que lleguemos a ser una parroquia fuente de vida y pilar de una fe sólida y patente donde los sacerdotes y los laicos y laicas oremos juntos, trabajemos y luchemos unidos para crecer juntos en la santidad.
¿Qué nos puedes comentar como conclusión a esta entrevista?
En La Manzanilla de la Paz nos sentimos una parroquia en camino a formar el rostro de comunión de comunidades y dispuesta a que otros puedan reconocer al Señor, así como dejarse conducir por el Pastor de este pueblo en marcha, que peregrina en la sierra de la Cuarta Vicaría Pastoral. Agradecemos al Señor cuarenta y cinco años de caminar pastoral. Esto nos lleva a fortalecer la esperanza que se gesta desde los procesos comunitarios de los barrios y ranchos de la parroquia. Continuar en la tarea de la formación de los agentes de pastoral y de comunidades misioneras, promotoras de la vida digna y del cuidado de la creación, impulsados por el cuarto Plan Diocesano de Pastoral y el espíritu de Aparecida.
Publicación en Impreso
Número de Edición: 102
Sección de Impreso: Vida en nuestras parroquias
Autor: Hermana María del Carmen Acosta G. DP.