La Cruz, signo de protección
Por: P. Alfredo Monreal Sotelo
Reflexión con motivo a la fiesta de la Santa Cruz
Los primeros misioneros de México, a dondequiera que llegaron, levantaron el signo de la Cruz: en lo alto de los montes, en las ruinas de los templos prehispánicos, en las plazas, en las encrucijadas de los caminos, en las Iglesias, en los retablos y hogares cristianos, en el centro de grandes atrios de indígenas.
Por eso señalaba fray Toribio de Benavente (Motolinía): “Está tan ensalzada en esta tierra la señal de la Cruz por todos los pueblos y caminos…; en especial la de los patios de las Iglesias son muy solemnes, las cuales cada domingo y en cada fiesta adornan con muchas rosas y flores, y espadañas y ramos”.
De esto también nos habla fray Gerónimo de Mendieta: “Muchos usan traer una Cruz al cuello, y en la cuaresma, por su devoción se cargan de una Cruz bien pesada, y van con ella a alguna ermita o Iglesia harto lejos del pueblo donde moran. Yo los he visto ir más de media legua, y en la Semana Santa es cosa de ver los crucifijos y cruces que sacan; y las que tienen en las calles y caminos, tienen mucho cuidado de enramarlas, en especial los días de fiesta, y adornarlas con sartas de rosas y flores. Finalmente en todo lo que ellos pueden y se les ofrece, muestran la devoción que tienen á la santa Cruz, porque han experimentado su virtud en muchos peligros de que por ella se han librado”.
La Cruz que era signo de condenación y muerte, con el sacrificio de Cristo Jesús se transformó en signo de salvación; como un paso obligado para llegar a la Resurrección y a la vez como muestra de fidelidad a Jesús, que dijo: “El que quiera seguirme, niéguese a sí mismo, cargue con su Cruz y sígame” (Mc 8,34).
En nuestra región, es muy fuerte la devoción a la Santa Cruz. Se le venera en la familia, en el rancho o en el barrio y existen tradiciones heredadas por los antepasados como son: los encendios, el adorno de la Capilla o espacio donde se ubica la Cruz con papel picado, las velas y las flores, la distribución de Vivas, el rezo del Rosario, la comida el día principal. Se ve la Santa Cruz como un signo de protección ante los peligros y las calamidades.
Hoy, honramos y festejamos la santa Cruz en un contexto difícil y marcado por el sufrimiento de la Pandemia de Coronavirus, ante lo cual el Papa Francisco en su mensaje del pasado 27 de marzo, con motivo de la Bendición a la Ciudad de Roma y al mundo, nos da palabras de aliento y nos dice: “Tenemos un ancla: En la Cruz de Cristo hemos sido salvados. Tenemos un Timón: en su Cruz hemos sido recatados. Tenemos una esperanza: en su Cruz hemos sido sanados y abrazados para que nadie ni nada nos separe de su amor redentor”.
Que al festejar y honrar la Santa Cruz este año, fortalezcamos nuestro seguimiento a Jesús, que necesariamente pasa por la Cruz y que la carguemos, con espíritu de solidaridad en favor de nuestros hermanos más débiles y vulnerables: ancianos, niños, enfermos y pobres.
Pbro. Alfredo Monreal Sotelo
El padre Gato, es un incansable formador en el seminario diocesano de Ciudad Guzmán