Celebración dominical de la Palabra en familia. Domingo 26 de abril de 2020

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Pedir a Jesús que se quede con nosotros

Celebración dominical de la Palabra en familia (3er domingo de Pascua)

26 de abril de 2020 – Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.

 

  • Tener un altar con la Biblia cerrada y el cirio apagado, una cesta con panes; un letrero: “¡Quédate con nosotros!”; una imagen de los discípulos de Emaús y, alrededor de ella, los letreros: desánimo, frustración, sinsentido, tristeza, huida.

 

CANTO:  Resucitó (Se puede descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=ODfTraRqHos).

PAPÁ:      Con esta celebración dominical nos unimos a todas las familias que, debido a la cuarentena de prevención por el Covid-19, están también en su casa en el encuentro con la Palabra de Dios, en la oración y la reflexión; y a las poquitas personas que se reúnen en el templo parroquial para la Misa.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Observemos los letreros que están alrededor de los discípulos de Emaús. Cada quien toma uno y platica si alguna vez ha sentido eso que dice el letrero, si ha podido salir adelante y por qué.

Vamos a pedir perdón a Dios, de acuerdo a lo que cada quien platicó. A cada oración respondemos:

TODOS:  Perdónanos, Señor, por tener duro nuestro corazón.

 

PAPÁ:      Vamos a leer y reflexionar el Evangelio de este domingo, que nos narra la experiencia de los discípulos de Emaús. Nos preparamos para escucharlo abriendo la Biblia y encendiendo el cirio.

Ahora decimos: Jesús, enciende nuestro corazón con tu Palabra.

Lee Lc 24, 13-35 (Nota: Si es necesario, se lee otra vez el texto).

¿Qué nos llamó la atención de esta narración de san Lucas? ¿Qué les preguntó Jesús a Cleofás y su acompañante? ¿Por qué regresaban tristes a su pueblo? ¿Qué les explicó Jesús? ¿A qué invitaron a Jesús aquellas dos personas? ¿Qué hizo Jesús cuando estaban sentados a la mesa? ¿Qué hicieron los discípulos de Emaús al reconocer a Jesús?

MAMÁ:    Los discípulos de Emaús y muchos otros habían puesto toda su confianza en Jesús, pensando que los libraría de la dominación romana con las armas. Pero, al verlo muerto en la cruz y sepultado en la tumba, todo se les vino abajo; no sólo se pusieron tristes, sino que se frustraron, se desalentaron, perdieron la esperanza y el sentido de seguir a Jesús… y huyeron de la comunidad para volver a su pueblo. Jesús se unió a su camino, compartió su pesar, los ayudó a ver su dureza de corazón y su falta de fe, les explicó las Escrituras, entró en su casa, compartió el pan y se quedó con ellos. Enseguida, ellos fueron a compartirles su experiencia a los demás. Así tiene que ser también nuestra vida: tenemos que descubrir a Jesús en la Biblia, en la comunidad, en el compartir el pan, en la oración y la celebración, sobre todo de la Eucaristía, para superar nuestros desánimos y desesperanzas y darlo a conocer a la comunidad.

Vamos a pedirle a Jesús que se quede con nosotros como se quedó con sus amigos de Emaús.

Le decimos juntos tres veces: ¡Quédate con nosotros, Jesús!

Ahora se lo decimos cantando: Quédate con nosotros (Se puede descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=rw3Ju8KjVGo).

MAMÁ:    Recemos juntos la oración dominical que Jesús nos enseñó: Padre nuestro

PAPÁ:      Pidamos al Señor su bendición, haciendo sobre nosotros la señal de la cruz mientas decimos: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

  • Cantamos nuevamente: Quédate con nosotros.
  • Se comparten los panes de la cesta.

 

 

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