Convocan a solidaridad con víctimas de Alex
El Obispado de Ciudad Guzmán convoca a los presbíteros de la Diócesis y sus comunidades a solidarizarse con la población mexicana del norte del país afectada por el huracán Alex….
Circular del Obispado sobre Ejercicios Espirituales
El Obispado de Ciudad Guzmán emite la circular número 15/10 sobre ejercicios espirituales, una comunicación dirigida a todos los presbíteros de la Diócesis. Click para descargar Comunicado fechas Ejercicios Espirituales…
Homilía del 15º domingo ordinario 2010
Este domingo en que nos reunimos a celebrar la Resurrección de Cristo, en su Palabra escrita, Dios nos invita nuevamente a ser misericordiosos como Él. A Dios no lo vemos, pero su Hijo, con sus palabras y sus obras nos lo revela, pues, como dice san Pablo, Cristo es la imagen de Dios invisible (Col 1, 15). Para ser misericordiosos se ocupa vivir el mandato que Jesús le da al doctor de la ley al final del texto del Evangelio: “Anda y haz tú lo mismo” (Lc 10, 37).
Diócesis otra vez de luto
P. Raúl Valdovinos Pulido, excolaborador de El Puente falleció el día de hoy martes 6 de julio en la Ciudad de Guadalajara, después de haber estado en terapia intensiva tras…
Homilía del 14º domingo ordinario 2010
Acabamos de cumplir, el pasado día 30 de junio, 38 años como Diócesis de Cd. Guzmán, Jal. Son ya 38 años de buscar caminos para evangelizar en el Sur de Jalisco. Son 38 años de esfuerzo por cumplir el mandato de Jesús de anunciar el Reino de Dios. No nos reunimos ese día para celebrar el aniversario, pero el Señor nos convocó dos días después como Diócesis para alimentar la comunión al celebrar la pascua de tres sacerdotes: Ramiro Cobián, Francisco Lucas y Enrique González. Y los textos que acabamos de escuchar nos vienen muy bien a propósito de este acontecimiento. Como Diócesis tenemos que sentirnos como los 72 discípulos. A ellos Jesús “los mandó por delante” (Lc 10, 1).
Homilía del 13º domingo ordinario 2010
En este domingo nos encontramos con una nueva etapa en el ministerio de Jesús: el inicio de su camino hacia Jerusalén, camino que ya no dejará hasta dar su vida en la cruz. Es un camino y una experiencia que Él vive en total libertad, los cuales nos invita a hacer nuestros, también libremente. Cuando Jesús aclaró el rumbo de su misión, que culminaría en su regreso al Padre, libremente tomó la firme determinación de emprender el viaje a Jerusalén (Lc 9, 51).
Homilía del 12º domingo ordinario 2010
Jesús pregunta sobre su identidad. Primeramente les pide a sus discípulos que le digan lo que la gente piensa de Él. Ellos le dicen que quienes lo han visto y escuchado lo identifican con Juan Bautista, Elías o alguno de los profetas antiguos que ha resucitado. Inmediatamente plantea la cuestión a los Doce, a aquellos que lo han seguido día a día: “Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?” (Lc 9, 20). A esta pregunta también le tenemos que dar una respuesta hoy.
Homilía del 11º domingo ordinario 2010
Los textos de la Palabra de Dios que se han proclamado nos ayudan a profundizar en tres características de Dios que nos revela Jesús: el amor, la misericordia y el perdón. Son tres dimensiones que también los bautizados estamos llamados a vivir. La mujer que fue a buscar a Jesús para encontrarse con Él experimentó el amor, la misericordia y el perdón de Dios, cuando escuchó que el Señor le dijo: “Tus pecados te han quedado perdonados” (Lc 7, 48).
Homilía del 10º domingo ordinario 2010
Cada que nos reunimos para la Eucaristía, especialmente los domingos, celebramos el triunfo de Jesús sobre la muerte, pues en un domingo como hoy, Cristo resucitó. Ya antes de su resurrección, a lo largo de su ministerio, Jesús había devuelto la vida a varias personas. En el Evangelio escuchamos cómo resucitó a un joven y cómo quienes fueron testigos lograron reconocer en esa acción la presencia salvadora de Dios: “Dios ha visitado a su pueblo” (Lc 7, 16).
Homilía del Jueves de Corpus 2010
Hoy, después de la Eucaristía y como prolongación de ella, llevaremos a Señor Jesús, el Santísimo, por las calles de nuestra comunidad; iremos peregrinando, orando, reflexionando y cantando. De esta manera expresaremos públicamente nuestra fe en Jesús sacramentado y reasumiremos nuestro compromiso de prolongar la Eucaristía en la vida de la comunidad, puesto que tenemos el mandato de Cristo: “Hagan esto en memoria mía” (1Cor 11, 24).