Homilía para el 30° domingo ordinario 2017
Servir a Dios y al pobre
A Jesús le hicieron una pregunta para tenderle una trampa. Ya lo traían de encargo, especialmente los doctores de la ley, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo; tenían decidida su condena a muerte porque los denunciaba con su predicación y estilo de vida y andaban buscando razones para justificar su muerte. De ahí esta pregunta sobre el mandamiento más grande de la ley. A la luz de la respuesta de Jesús, quien no cayó en la trampa, podemos reflexionar este domingo y prepararnos para recibirlo en la Comunión sacramental.