Semilla de la Palabra, para el día 15 de julio de 2018.
Semilla de la Palabra,
Para el 15º Domingo Ordinario.
Descargar archivo aqui: Semilla 877 15 de julio 2018
Semilla de la Palabra,
Para el 15º Domingo Ordinario.
Descargar archivo aqui: Semilla 877 15 de julio 2018
Este domingo la Palabra de Dios nos recuerda una de las dimensiones de nuestra vida como bautizados, la de profetas. En el Bautismo fuimos ungidos y consagrados profetas, sacerdotes y reyes. Hoy agradecemos a Dios esta condición de profetas, al igual que Ezequiel y Jesús, y nos alimentamos de la Comunión sacramental para nutrirnos y realizarla con responsabilidad.
Semilla de la Palabra,
Para el 14º Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 876 8 de julio 2018
Estamos celebrando la Eucaristía en día de elecciones. Pedimos al Señor que esta jornada se realice en paz y que quienes resulten electos trabajen por la vida digna del pueblo, como hacía Jesús. Él nos alimenta con su Palabra y con su Cuerpo y Sangre para que lo sigamos en su camino y en su servicio al Reino. Jesús hacía presente el Reino de Dios con sus palabras y con sus hechos, como hemos reflexionado los domingos anteriores. Hoy san Marcos nos ofrece dos milagros con que Jesús hizo realidad el Reino, la vida que Dios quiere para nosotros, como dice la primera lectura.
Semilla de la Palabra,
Para el: 13er Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 875 1 de julio 2018
Estamos celebrando el nacimiento de Juan Bautista, “el más grande de los profetas nacido de mujer”, como lo describió Jesús. En el evangelio escuchamos la narración de lo sucedido en su familia los primeros días de su llegada al mundo. Fue un acontecimiento lleno de signos de la misericordia de Dios: Zacarías e Isabel eran ancianos, ella había sido estéril toda su vida, él era un sacerdote de pueblo, los pobres se alegraron porque Dios fue misericordioso con ellos, Dios escogió el nombre que llevaría el niño. Con la Eucaristía agradecemos a Dios el servicio de Juan, que consistió en prepararle a Jesús el camino, disponer al pueblo para recibirlo y presentarlo ante sus discípulos, como escuchamos en el testimonio que dio Pablo ante los judíos.
Semilla de la Palabra,
Para la Natividad de San Juan Bautista.
Descargar archivo aquí: Semilla 874 24-06-2018
Jesús anunciaba y hacía presente el Reino de Dios con sus palabras y sus hechos. En el texto del evangelio nos presenta la dinámica del Reino con dos parábolas: una, la de la semilla que es sembrada en la tierra; la otra, la de la semilla de mostaza. El Reino no es un lugar sino un estilo de vida, que consiste en el amor, la justicia, la solidaridad, el perdón, la armonía, la paz. Cuando se vive así, una persona, una familia o una comunidad, está ya en el Reino. Hoy nos encontraremos sacramentalmente con este Jesús, para unirnos a Él en la construcción del Reino de Dios.
Jesús andaba realizando su misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios en el mundo. Lo hacía diariamente con sus palabras y con sus hechos. Por andar en la misión y por el modo de realizarla fue tratado de loco y endemoniado, como acabamos de escuchar en el evangelio. Sus parientes fueron a buscarlo para agarrarlo y llevárselo a su casa, pues decían que estaba fuera de sí; los escribas lo acusaban de estar poseído por Satanás, por lo que según ellos expulsaba a los demonios. Con este Jesús nos vamos a encontrar en la Eucaristía, para llenarnos de su fuerza y seguir trabajando en el anuncio y realización del Reino de Dios en nuestra comunidad parroquial.
Semilla de la Palabra,
Para el 10º Domingo Ordinario.
Descargar archivo aquí: Semilla 872 10 -06 -2018
El sábado era, y sigue siendo, para los judíos el día sagrado. Ellos tenían que santificarlo, dedicarlo totalmente a Dios. Ese día no se tenía que trabajar, como acabamos de escuchar en el texto del Deuteronomio. Si desde el principio se descansaba el sábado y se daba gracias a gracias a Dios, porque el séptimo día descansó después de haber creado el universo en seis días, con la liberación de la esclavitud a que los israelitas estaban siendo sometidos en Egipto, el sábado había que santificarlo; y el modo de hacerlo, además de la reunión en la sinagoga para orar, cantar himnos, leer y meditar las Escrituras, era no realizando ningún trabajo.