Homilía para el 2º domingo de Pascua 2019
Encontrarnos con el Resucitado para ir a la misión
Después de irse encontrando con sus discípulas y algunos de sus discípulos a lo largo del día de su Resurrección, Jesús fue a visitar a la comunidad. Ellos estaban tristes por su muerte y encerrados por miedo a los judíos. Era lógico. Pero la muerte no triunfa, Dios no permanece callado. Dios habla y la Vida triunfa. La Resurrección es la mejor respuesta del Padre a los gritos de su Hijo en la cruz y a la desesperanza de los discípulos y discípulas del Nazareno crucificado. Ese encuentro vespertino, que culminó todos los demás del domingo, transformó totalmente a la comunidad y nos señala lo que tienen que ser nuestras Eucaristías dominicales: un impulso para ir a la misión.