Homilía del 20º domingo ordinario 2012

Comer la carne de Jesús

Textos: Prov 9, 1-6; Ef 5, 15-20; Jn 6, 51-58.

Jesús es la sabiduría que invita a comer del pan y a beber del vino que ha preparado para los sencillos. Después de presentarse como el pan vivo bajado del cielo, se ofrece totalmente para ser comido. Dice que su carne es el pan que va a dar a quien lo quiera. El pan bajado del cielo da vida para siempre; la carne la da para que el mundo tenga vida. El pan es Jesús, la carne es Jesús. Para tener vida, y vida eterna, es necesario comérnoslo, sea como pan o como carne.

Homilía para el 19º domingo ordinario 2102

Pan bajado del cielo

Textos: 1 Re 19, 4-8; Ef 4, 30-5, 2; Jn 6, 41-51.

En la reflexión que hace después de la multiplicación de los panes, Jesús se presenta como pan. Es una imagen muy cercana a nuestra vida. El pan es algo de todos los días. El pan simboliza a todo el alimento. Expresar que no tenemos pan equivale a decir que no tenemos qué comer. No podemos vivir sin pan. El pan es un regalo de Dios; por eso Jesús nos enseña a pedírselo en nuestra oración diaria. Jesús no solo dice que Él es pan, sino que es el pan vivo bajado del cielo.

Homilía para el 18º domingo ordinario 2012

Pan para la vida eterna

Textos: Ex 16, 2-4. 12-15; Ef 4, 17. 20-24; Jn 6, 24-35.

Ante una necesidad, que era el hambre de la gente que seguía a Jesús, se encuentra una respuesta: compartir lo que se tiene. Lo escuchamos y reflexionamos el domingo pasado, en la narración de la multiplicación de los panes. Después la gente va y busca a Jesús –Él se había ido huyendo a la montaña porque querían proclamarlo rey–; lo buscaban porque seguramente querían que les diera nuevamente de comer, algo semejante a lo que se vive en nuestros días.

Homilía del 17º domingo ordinario 2012

Solidaridad

Textos: 2 Re 4, 42-44; Ef 4, 1-6; Jn 6, 1-15.

En el mundo hay muchas necesidades. Lo vemos a diario en la ciudad, en nuestras colonias y barrios. Hambre, enfermedades, desempleo, droga, violencia, están a la orden del día. Jesús y sus discípulos se encontraron en una situación semejante, como escuchamos en el texto del Evangelio. La gente que lo seguía comenzó a tener hambre y, como pastor, Jesús se hace responsable de la situación y hace que sus discípulos se involucren y busquen una respuesta.