Homilía para el 12 de diciembre de 2014
Servir presurosos como María
Nos hemos reunido para celebrar la Eucaristía en el día de la Virgen de Guadalupe. Ella ha estado viendo por los habitantes de estas tierras desde 1531, cuando se le apareció a san Juan Diego y se quedó impresa en el ayate que él usaba. Allí está ella para oír nuestros lamentos, y remediar todas nuestras miserias, penas y dolores, como le expresó al mismo Juan Diego. Hoy, siguiendo la invitación de los obispos mexicanos, le suplicamos la paz para nuestro País.