Homilía para el 6º domingo de Pascua 2016

Cumplir la palabra de Jesús

Pascua6 C 16

Jesús nos habla hoy de tres realidades ligadas a la vida cristiana: el amor, el Espíritu Santo y la paz. Con la participación en la Eucaristía dominical renovamos nuestro compromiso de vivir en el amor, en la construcción de la paz y bajo la acción del Espíritu Santo. Las palabras que acabamos de escuchar las dijo Jesús durante la Última Cena. Ya estaba despidiéndose de sus amigos antes de ser entregado, aprehendido, torturado y crucificado, y les dejaba su herencia.

Homilía para el 5º domingo de Pascua 2016

Amarnos unos a otros, como Jesús

Pascua5 C 16

Lo que acabamos de escuchar en el texto del Evangelio es algo de lo que sucedió en la Última Cena. Después de haber lavado los pies de sus discípulos y de anunciar la traición de Judas, Jesús habló de su glorificación y del mandamiento nuevo. Él pidió y sigue pidiendo a sus discípulos amarse unos a otros y señaló el modo de hacerlo: de la misma manera en que Él nos ha amado; además aclaró que si vivían en el amor los demás los reconocerían como sus discípulos.

Homilía para el 4º domingo de Pascua 2016

El Buen Pastor misericordioso

Pascua4 C 16

Estamos celebrando como Iglesia el domingo del Buen Pastor, el mismo Jesús, resucitado después de haber dado la vida por los suyos, que sigue dando vida eterna a sus ovejas. Es el Pastor que el autor del Apocalipsis presenta como el Cordero con cuya sangre los mártires lavaron y blanquearon su túnica. Es el Pastor que conducirá sus ovejas a las fuentes del agua de la vida. Es el Pastor que hoy se nos dará como alimento en el Pan y el Vino en la Comunión.

Homilía para el 3er domingo de Pascua 2016

Dos muestras de misericordia

Pascua3 C 16

Al igual que la tercera vez que Jesús se apareció a sus discípulos, como escuchamos en el Evangelio, estamos juntos como Iglesia. En este domingo, el Resucitado se hace presente en esta asamblea para encontrarse con nosotros, hablarnos, reanimarnos en nuestra vida, celebrar la Eucaristía, alimentarnos, confirmar nuestro amor por Él, y seguirlo en su entrega de la vida y en el cumplimento de la misión. Esta es, como la de aquella vez, una experiencia de misericordia.

Homilía para el 2º domingo de Pascua 2016

La misericordia de Dios es eterna

Pascua2 C 16

En el Salmo de este domingo proclamamos la eternidad de la misericordia del Señor. Eterna significa que existe siempre, que no tiene principio ni tiene fin. Así es Dios –es eterno– y la misericordia es una de sus características, como nos lo mostró Jesús a lo largo de su ministerio. El hecho de que lo haya resucitado es la muestra más grande de la misericordia del Señor. Se apiadó de su Hijo y lo resucitó, se compadeció de la humanidad y le devolvió con vida a Jesús.