Homilía para el Domingo de Ramos 2017
Traición, negación, abandono
Con la celebración de hoy, Domingo de Ramos, acompañamos a Jesús en su entrada a Jerusalén, donde entregó totalmente su vida y resucitó. El centro de atención, más que en la bendición de las palmas, ramos y flores, está en la escucha y meditación de su Pasión. En ella, Jesús experimentó la traición, la negación y el abandono de parte de sus amigos, de los discípulos más cercanos, de los que Él había elegido como apóstoles. Como preparación a la Comunión sacramental, podemos preguntarnos si no estamos como ellos.