Un traje que habla | Ventana desde la fe

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De cara al sínodo pan-amazónico que ya se acerca, son muchos los temas y las pequeñas aristas que se prestan a reflexión sobre los pueblos originarios. Son muchos los aspectos que se deben considerar sobre la identidad de los pueblos indígenas, sobre todo, porque ahí se intenta realizar una verdadera inculturación del Evangelio de donde nazca una Iglesia con rostro indígena. En el caso del sínodo pan-amazónico, una Iglesia con rostro amazónico, como muy bien apunta el Documento de trabajo y  quiere el Papa Francisco.

El punto que quiero abordar parecería, a simple vista, de menor importancia; sin embargo, creo que también nos puede aportar luces y aristas  sobre la identidad de los pueblos originarios.

Del 12 al 14 de agosto tuvimos en el sureste mexicano un encuentro de diáconos, específicamente en la diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Los diáconos tsotsiles y tseltales visitaron a la zona sureste, donde hay diáconos tojolabales. El encuentro duró tres días, y el tema fue: el traje originario que usan.

Se presentaron 8 o 10 grupos de diáconos con sus esposas, portando el traje originario de sus respectivos lugares. Inclusive, un grupo escenificó la elaboración de la tela de lana, desde que preparan la lana, cómo hacen el hilo… así  hasta su  confección final. También narraron  cómo cuidan a los borregos.

Y por todas las explicaciones que ellos nos dieron, descubríamos  en la asamblea de 198 personas que, en su traje original, ellos expresan un sentido integral de su vida. El proceso incluye todos los aspectos: la economía para el sustento familiar que representa el criar a los borregos y no comprar sus ropas en tiendas; el cuidado, el cariño y el nombre que le dan a cada borrego, la integración del borrego en su familia como un miembro más, el corte de la lana, la oración al empezar a hacer su trabajo, la confección de los colores con plantas naturales y con tierra que ellos buscan para pintar los hilos y el telar en el que ellos acaban de elaborar la tela de lana. Luego es hacer el traje del hombre y de la mujer.

Veíamos que un traje indígena está relacionado con el mundo, con la familia, con los animales, con la comunidad, con Dios. Descubríamos que hay un sentido integral de la vida que los tsotsiles expresan en su prenda de vestir.

Pero además, hay un sentido sagrado en su traje. Los cuatro rumbos del universo representados en el Altar Maya con los colores rojo, negro, blanco y amarillo, son los mismos colores que llevan en su traje original: la tela blanca y negra de su vestido, el amarillo de su fajo y el rojo de su pequeña mantilla que anudan al cuello.

Al terminar de costurar su prenda hacen oración a los cuatro rumbos del universo, haciendo sonar sus tambores y elevando su oración al calor y perfume del incienso.

Ellos se presentan ante Dios con dignidad, en armonía con la sagrada tierra, con la familia y con Dios. Decían los diáconos: “Nos sentimos seguros ante Dios, somos nosotros mismos”. Cabe recordar aquí que el traje tradicional lo usan sobre todo las autoridades, los alféreces, los principales, los diáconos en las Fiestas y en los acontecimientos importantes de la comunidad.

La belleza de sus atavíos muestra el colorido  de la creación, de las aves y de las flores; muestra el verde de sus montañas y el azul del cielo, muestra la sabiduría de Dios que a través de sus abuelos y abuelas les enseñó a elaborar esas prendas tan hermosas. Dios está presente en su obra, en sus dones que les regaló a ellos y que ahora son visibles en sus trajes.

La reflexión sobre sus trajes nos llevó a las raíces como personas y como pueblos, nos llevó a su identidad, nos llevó a recuperar su historia. Sólo un pueblo con raíces y con historia tiene presente y tiene futuro. Y aquí es la mujer la que más conserva la memoria de sus antepasados y se la va transmitiendo a sus hijos de generación en generación; es la mujer la que más conserva  el uso de su traje tradicional.

Reflexionamos en que los pueblos mayas tienen un gran pasado en sus pirámides, en sus templos sagrados, en sus mitos, ritos y obras escritas de gran profundidad como el Popol Vuh y el Chilam Balam; en muchas ciencias y artes. Este pasado puede iluminar el momento presente ante la gran transformación cultural que se está dando en los pueblos originarios y cómo ellos pueden elegir o rechazar elementos que se les ofrecen de la cultura globalizada.

Esta pequeña reflexión, llevada a cabo en la amazonía en vistas  al Sínodo próximo, más de una sorpresa nos puede traer y viene a enriquecer el patrimonio cultural de la identidad de los pueblos originarios.

1 pensamiento sobre “Un traje que habla | Ventana desde la fe

  1. Muy buena vision de los indigenas.. pero no pusieron foto o imagen del traje que poseen ellos..

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