No se dejen llamar maestros
“El sacerdote diocesano debe tener identidad con su Iglesia local, una espiritualidad muy sólida de comunión con su Diócesis, y transmitirla a los muchachos”
Por: P. J. Lorenzo Guzmán J., Párroco de Huescalapa
El texto del evangelio en donde Jesús recomienda a sus discípulos de que no se dejen llamar maestros, guías o padres, fue la puerta de entrada en el encuentro que tuvo el Obispo Óscar Armando Campos Contreras con el equipo de maestros del Seminario Mayor de Ciudad Guzmán, el 24 de abril.
“El principal objetivo es el encuentro con el Señor Obispo Óscar y escucharnos mutuamente”, explicó el P. Alfredo Monreal, Prefecto de Estudios del Seminario.
Al presentarse y señalar las materias que acompaña, cada quien dijo lo que ha significado el servicio como maestro en el Seminario. La mayoría coincidió en que aprende junto con los muchachos, es una oportunidad de actualizarse, recibe más de lo que da, devuelve al Seminario algo de lo que recibió y ofrece una proyección de las materias a la pastoral diocesana.
Después de escuchar a todos, Campos Contreras comentó: “Me impresiona que una cuarta parte del presbiterio esté colaborando con el Seminario”, refiriéndose a los 27 sacerdotes presentes, de los 30 que colaboran con las clases.
Además pidió a los maestros que en el estudio se vea adelante, a 20 años, “porque la sociedad va cambiando muy rápidamente”. Y no sólo en el contenido de las materias sino en los métodos, en el aprovechamiento de las redes sociales y en ofrecer elementos para que los seminaristas sean críticos ante la realidad.
Insistió en que como docentes tienen que presentar el propio carisma, que es el de la diocesaneidad. “El sacerdote diocesano debe tener identidad con su Iglesia local, una espiritualidad muy sólida de comunión con su Diócesis, y transmitirla a los muchachos”.
Después de escuchar la valoración que los maestros hicieron de su servicio –alcances, limitaciones, lo que falta por mejorar–, el pastor diocesano agradeció lo que hacen por el Seminario y los invitó a servir como Jesucristo quiere, porque Él es el Maestr