Los gritos de nuestra Madre Tierra
Los gritos de nuestra Madre Tierra
Exigen escucharlos y atenderlos
Este año, en el marco del Domingo de Pentecostés, se cumplen cuatro años de que nuestro Papa Francisco diera a conocer la primera carta encíclica sobre el cuidado de la casa común. En ella comparte reflexiones y algunas líneas de acción para afrontar el deterioro ecológico.
Afirma
Que el continuo daño a nuestra Madre Tierra es señal de la crisis ética, cultural y espiritual de una sociedad que le ha apostado al progreso y al mercado que ha provocado desigualdad social y que los graves efectos lo sufren los más pobres.
Advierte
Que el deterioro del medio ambiente está íntimamente ligado a la cultura del descarte, que afecta tanto a los seres humanos excluidos como a las cosas que rápidamente se convierten en basura.
Rechaza
El argumento de que sólo a través del crecimiento económico se puede resolver el hambre, la pobreza y se puede recuperar el medio ambiente.
Critica
La postura de quienes tienen más recursos, y poder económico y político, que enmascaran los problemas y ocultan las causas y consecuencias del deterioro de la Casa Común.
Reprocha
La privatización del agua que es un derecho humano básico, fundamental y universal para la sobrevivencia.
Demanda
Que los pueblos originarios se conviertan en los principales interlocutores del diálogo sobre el medio ambiente.
Invita
A emprender el cuidado de nuestra Madre Tierra con pequeñas acciones cotidianas, como: evitar el uso de plásticos y papel desechables, reducir el consumo de agua, separar los residuos, no producir ni quemar la basura, plantar árboles, ahorrar energía eléctrica…
En nuestra región, un claro ejemplo de los daños ocasionados al medio ambiente a causa de los incendios forestales y la tala inmoderada de los bosques, se reflejó en el desbordamiento del río Apango, que el pasado domingo dejó miles de damnificados en el pueblo de San Gabriel.