Las Posadas son espacios para compartir y reflexionar

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Diciembre trae consigo los vientos invernales, las noches frías, el recuento de los éxitos y fracasos que durante todo el año se obtuvieron; pero también envuelve los sentimientos más nobles e importantes que pueden unir a la humanidad: la amistad, la paz y el amor. Esta es una época para compartir con la familia y la comunidad; de darse un abrazo y olvidar el pasado.


Después de los rosarios ofrecidos a la Virgen de Guadalupe, los barrios se unen una vez más para celebrar las tradicionales posadas que son fiestas de inspiración católica pues se evoca el viaje que realizó la Sagrada Familia desde Galilea a Belén, antes del nacimiento del niño Dios. En ellas se reza el rosario y se hace el cántico de la tradicional posada.

Las fiestas de fin de año están presentes en la cultura mexicana desde antes de la conquista. En el México prehispánico celebraban el advenimiento de Huitzilopochtli durante el Panquetzaliztli, periodo del 17 al 26 de diciembre que coincidía con la época donde los europeos celebraban la Navidad. Estas celebraciones fueron cambiando una vez que el pueblo fue evangelizado y la imagen de Huitzilopochtli fue sustituida por la de José y María.

Son nueve posadas que se inician el 16 de diciembre y consisten en solicitar alojamiento simbólico que representa el camino de la Sagrada Familia a Belén hasta el 24 de diciembre. Durante este peregrinar se hacen notar las penurias que tuvieron qué pasar hasta encontrar alojamiento.

Chema y Rosa, recuerdan que hace más de cinco décadas, en el sur de Jalisco, las posadas eran distintas. Recordó Chema: “rezábamos el rosario y en cada misterio hacíamos ruido con la cuíjola, y simulábamos como cantar de pájaros”. Las posadas se hacían dentro de la iglesia y se rezaba el rosario durante los nueve días previos a la navidad. Las organizaba el Padre junto con los catequistas, narró Rosa, “y en cada día nos daban un boletito y quien juntará los nueve, para el día 25 nos daban un regalo”.

Para culminar las posadas, el día 25 de diciembre se citaba en la misa a todos los participantes de los nueve días, y después de la ceremonia en la que había primeras comuniones, se hacían piñatas, se repartían los bolos y los regalos a los concurrentes:

“Era un bolo sencillo, con una o dos frutas como mandarina y tejocotes, un puño de cacahuates y uno que otro dulce. Pero no era tan importante lo que nos dieran, lo que era importante era el hecho de juntarnos con los del barrio a celebrar el nacimiento del niño Dios, a compartir la alegría de ser niños en espera de una vida llena de bendiciones”, concluyó.

Las posadas representan el espíritu de la solidaridad, de darse la mano los unos a otros, de compartir lo que se tiene y brindar “un lugar donde pasar la noche” a quienes lo necesitan.

Para muchas personas es la mejor época del año pues se olvidan las heridas del pasado, se perdonan los errores cometidos y se abraza al enemigo; la temporada en que el sol brilla con más fuerza e ilumina la mirada esperanzadora del porvenir; las posadas, la navidad y las celebraciones de fin de año, recuerdan este tiempo necesario para vivir intensamente y que permita recordar de dónde venimos y hacia dónde vamos.

Elementos de Las Posadas
La Piñata

La piñata es una figura hecha de una olla de barro forrada de papel brillante. La piñata figura como una estrella de siete picos; cada pico representa un de los siete pecados capitales. Dicha piñata debe ser quebrada con un palo de madera que representa la fortaleza que Dios les otorga a las personas, que a prueba y error con los ojos vendados que representa la fe en Dios, son capaces de vencer al pecado; al romperla caen de su interior frutos y dulces que simbolizan las bendiciones que provienen del cielo al vencer el pecado.

Los Peregrinos

Son figuras de barro y representan a San José, a la Virgen María y al burro que la llevo acuestas. Son acompañados por personas que rezan el rosario y cantando los versos de las posadas.

Los villancicos

Los villancicos son composiciones populares en verso y con estribillo que destacaban en épocas navideñas. En México destacaron los villancicos compuestos por Sor Juana Inés de la Cruz quien registró y enriqueció las aportaciones indígenas.

Publicación en Impreso

Número de Edición: 114
Autores: Claudia Barragán
Sección de Impreso: Pinceladas

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