Homilía para la Vigilia Pascual 2019

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¡Qué noche tan dichosa!
Estamos celebrando la Vigilia de las vigilias, la Misa de las Misas. Esta es la noche de la Resurrección y, en esta velada en que renovaremos nuestro compromiso bautismal de seguir a Jesús y testigos suyos, san Lucas nos ofrece su testimonio de la Resurrección del Señor. Lo acabamos de escuchar en el Evangelio.

¡Qué noche tan dichosa!

Textos: Gn 1, 1-2,2; Gn 22, 1-18; Ex 14, 15-15, 1; Is 54, 5-14; Is 55, 1-11; Bar 3, 9-15. 32-4, 4; Ez 36, 16-28; Rm 6, 3-11; Lc 24, 1-12

Estamos celebrando la Vigilia de las vigilias, la Misa de las Misas. Esta es la noche de la Resurrección y, en esta velada en que renovaremos nuestro compromiso bautismal de seguir a Jesús y testigos suyos, san Lucas nos ofrece su testimonio de la Resurrección del Señor. Lo acabamos de escuchar en el Evangelio.

Jesús resucitó en medio de la noche. Nadie lo vio resucitar, nadie lo vio levantarse con la vida en plenitud, nadie lo vio salir del sepulcro. Sólo la noche, como canta el Pregón Pascual: “¡Qué noche tan dichosa! Sólo ella conoció el momento en que Cristo resucitó de entre los muertos”.

Las mujeres, tristes y desanimadas por la muerte de Jesús, fueron al sepulcro para perfumar su cuerpo, como era la costumbre entre los judíos. Pero se encontraron con el sepulcro abierto y con la noticia de que había resucitado. “¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí; ha resucitado”.

Los mensajeros les recordaron las palabras con que Jesús había anunciado su Resurrección: “Es necesario que el Hijo del hombre sea entregado a los pecadores y sea crucificado y al tercer día resucite”. Esto les bastó para convertirse en misioneras, pues al acordarse del anuncio de Jesús, inmediatamente se regresaron a dar la noticia a los demás, aunque los demás no les creían.

Así deberíamos hacernos los bautizados después de cada Eucaristía: salir a dar testimonio de Jesús. Hoy, con la renovación de las promesas bautismales y la recepción de la Comunión, renovaremos el compromiso de ser testigos del Resucitado, aunque no nos crean ni en la familia, ni en la comunidad, ni en nuestro trabajo, ni en la sociedad.

20 de abril de 2019

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