Homilía para la Vigilia Pascual 2016
Ser testigos de la Resurrección
Toda la Cuaresma nos estuvimos preparando para la Pascua. Hoy estamos iniciando, con esta celebración nocturna de Vigilia, la Pascua de Jesús, es decir, su paso de la muerte a la vida o el paso de Dios por la tumba para resucitarlo. La luz bendecida nos recuerda la presencia de Jesús en medio de la oscuridad del mundo para iluminarlo. La Palabra que se acaba de proclamar nos recuerda a grandes pasos la Historia de la Salvación, que tiene como culmen la Resurrección.
Ser testigos de la Resurrección
Toda la Cuaresma nos estuvimos preparando para la Pascua. Hoy estamos iniciando, con esta celebración nocturna de Vigilia, la Pascua de Jesús, es decir, su paso de la muerte a la vida o el paso de Dios por la tumba para resucitarlo. La luz bendecida nos recuerda la presencia de Jesús en medio de la oscuridad del mundo para iluminarlo. La Palabra que se acaba de proclamar nos recuerda a grandes pasos la Historia de la Salvación, que tiene como culmen la Resurrección.
Hemos escuchado la pregunta que los ángeles hicieron a las mujeres, que llevaban sus perfumes para embalsamar el cuerpo de Jesús. Les preguntaron que por qué buscaban entre los muertos al que estaba vivo y les comunicaron que ya no estaba allí en la tumba sino que había resucitado, tal como Él mismo les había dicho. El que estuvo clavado injustamente en la cruz y había muerto en ella, ahora estaba vivo. Ellas creyeron en esta noticia y fueron a comunicarla.
La noticia de la Resurrección de Jesús es para comunicarla. No es para guardársela ni para quedarse encerrados. Es para salir y proclamarla, aunque quienes la escuchen no la crean, como les sucedió a María Magdalena, Juana, María la madre de Santiago y las demás de que nos habla san Lucas. El acontecimiento de la Resurrección que celebramos ya desde esta noche, nos impulsa a dar testimonio de que Jesús está vivo y de la vida nueva que Él nos trae.
Esta noche nos encontramos con el Resucitado. Nos iluminamos con su luz y nos orientamos con su Palabra. Enseguida renovaremos nuestro compromiso bautismal, que consiste en ser testigos de su Resurrección como las mujeres. El reto que tenemos es convertir este acontecimiento en Buena Noticia en medio del mundo de pobreza, violencia, deterioro del medio ambiente, desavenencias, en que vivimos. Para eso nos alimentaremos con su Cuerpo y Sangre.
26 de marzo de 2016