Homilía para el Jueves Santo 2016

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Amar hasta el extremo

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Con esta celebración Eucarística estamos comenzando el Triduo Sacro, en el que hacemos memoria especial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, durante estos tres días. El texto del Evangelio nos expresa el motivo de la entrega de Jesús hasta la muerte en la Cruz. San Juan dice que amó a los suyos hasta el extremo. El amor misericordioso de Dios se hacía pleno en la entrega definitiva de Jesús. Esta entrega la celebramos hoy Jueves y mañana Viernes Santo.

Amar hasta el extremo

Textos: Ex 12, 1-8. 11-14; 1 Cor 11, 23-26; Jn 13, 1-15.

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Con esta celebración Eucarística estamos comenzando el Triduo Sacro, en el que hacemos memoria especial de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, durante estos tres días. El texto del Evangelio nos expresa el motivo de la entrega de Jesús hasta la muerte en la Cruz. San Juan dice que amó a los suyos hasta el extremo. El amor misericordioso de Dios se hacía pleno en la entrega definitiva de Jesús. Esta entrega la celebramos hoy Jueves y mañana Viernes Santo.

Jesús amó totalmente a los suyos al grado de dar su vida por ellos. En la Última Cena manifestó dos signos de este amor que recordamos de manera especial en este día: el lavatorio de los pies y la institución de la Eucaristía. En ellos expresó su entrega voluntaria y marcó lo que debe ser la entrega de sus discípulos. Él se ofreció voluntariamente al servicio y se entregó voluntariamente en el Pan y el Vino. Lo hizo para bien de todos, a pesar de que uno lo entregaría.

Sin decir nada, de repente Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se puso a lavar los pies de sus amigos. Se los lavó a los Doce. No hizo distinción. También le tocó recibir este servicio a Judas, quien saliendo de allí lo entregó para que lo mataran. Esto que hizo Jesús, y que viviremos en unos momentos más, era algo que hacían los esclavos. A quien llegaba de visita a una casa, como bienvenida, un esclavo, en nombre de su señor, le lavaba los pies.

Jesús decidió, por tanto, realizar el trabajo de un esclavo. Eso indica que Él se ubicaba en el lugar de los esclavos. Se hizo uno de ellos. Pero al decirles que unos con otros debían hacer eso mismo, nos dejó el compromiso de hacernos servidores de los demás. Esto es algo que renovamos al repetir el rito del lavatorio de los pies. Jesús lo realizó y nosotros, discípulos suyos, debemos realizarlo por opción, sin rezongar, sin avergonzarnos. Es signo del amor extremo.

El servicio prepara la Eucaristía. Antes de darse en el Pan y el Vino, como escuchamos en la narración de san Pablo en su Carta a los Corintios, Jesús se puso a servir a los suyos. Antes de asistir a la Misa deberíamos tener la vivencia de servicio, especialmente hacia los pobres. El servicio en la casa, con los demás y en los quehaceres que se ocupen; el servicio en la escuela, en el trabajo, en la comunidad y la sociedad. Esto es lo que presentamos en el altar como ofrenda.

La entrega de Jesús continuó en la Última Cena. Al partir el pan dijo que era su cuerpo que se entregaba por los suyos y al pasarles el cáliz señaló que era la nueva alianza que se sellaba con su sangre. Estar dispuesto a entregar su cuerpo y derramar su sangre era la manifestación más grande del amor extremo que Jesús tenía por los suyos, pues era dar su vida. Cuando el cuerpo de una persona es despedazado y su sangre es derramada, la persona se muere.

Esto lo vivió el viernes. Mañana lo recordaremos y celebraremos de manera especial al escuchar la narración de su Pasión, adorar la cruz en que murió y comernos su Cuerpo y bebernos su Sangre en la Comunión. La entrega total de su vida fue el signo más grande y más claro de la misericordia de Dios por nosotros. Eso mismo debemos hacer nosotros, es decir, darnos totalmente para el bien de los demás y para el bien común de la comunidad y de la sociedad.

Estamos llamados a amar a los demás hasta el extremo, como el Señor. Participar de la Comunión sacramental en este día nos compromete a vivir como Jesús, o sea, a servir a los demás como esclavos suyos y a dar nuestra vida, con todo lo que somos y tenemos, por el bien de todos. Recordemos el gesto del servicio por medio del lavatorio de los pies y renovemos nuestro compromiso de amar hasta el extremo, comiéndonos a Jesús que se entrega en el Pan y el Vino.

24 de marzo de 2016

1 pensamiento sobre “Homilía para el Jueves Santo 2016

  1. megusta celebrar lo que mi Diocesis me invita, con mi comunidad.

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