Homilía para el domingo de la Santísima Trinidad 2015

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Bautizar en la fe de la Iglesia

SmaTrinidad B 15

Hoy domingo se nos invita a celebrar a Dios en su ser comunitario. Es la Fiesta de la Santísima Trinidad. Al reunirnos como Iglesia en la Eucaristía dominical, fortalecemos nuestra relación con Dios y renovamos nuestra dimensión comunitaria. La Palabra que se ha proclamado nos ayuda a revisar nuestro caminar en la vida y a prepararnos para la Comunión sacramental, que nos fortalece para forjar desde nuestras familias y comunidades la condición comunitaria de Iglesia.

Bautizar en la fe de la Iglesia

Textos: Dt 4, 32-34. 39-40; Rm 8, 14-17; Mt 28, 16-20.

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Hoy domingo se nos invita a celebrar a Dios en su ser comunitario. Es la Fiesta de la Santísima Trinidad. Al reunirnos como Iglesia en la Eucaristía dominical, fortalecemos nuestra relación con Dios y renovamos nuestra dimensión comunitaria. La Palabra que se ha proclamado nos ayuda a revisar nuestro caminar en la vida y a prepararnos para la Comunión sacramental, que nos fortalece para forjar desde nuestras familias y comunidades la condición comunitaria de Iglesia.

Una preocupación de los papás cuando nacen sus hijos es llevarlos a bautizar. Esto es parte de la vida de nuestras familias. Con esto se cumple parte del mandato de Jesús a sus discípulos que escuchamos en el texto del Evangelio. Pero sólo una parte, porque Jesús les pidió, además, hacer discípulos a todos los pueblos y enseñarles a cumplir lo que Él les había mandado. ¿Qué tan claro tendrán esto los papás en relación a sus hijos cuando deciden llevarlos a bautizar?

Los papás son los primeros catequistas de sus hijos, ellos son sus primeros misioneros. Los hijos dependen de los papás en todo, por lo que también en su vida cristiana. Los niños generalmente son pequeños cuando reciben el Bautismo y se bautizan en la fe de la Iglesia. La fe de la Iglesia es la garantía para poder bautizarlos. Y esto significa que la Iglesia, es decir, la comunidad en que viven sus papás, está viviendo la fe tal como nos enseñó el mismo Jesús.

La fe de la Iglesia es mucho más que decir que creemos en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en la Iglesia. Además de esto, consiste en cumplir los mandamientos de Dios, sintetizados en el amor, y en hacer una vida de hermanos, asistidos por el Espíritu Santo. Es lo que nos recuerdan las dos primeras lecturas. La fe de la Iglesia consiste en vivir como comunidad a lo interno de la familia, entre vecinos, en la casa religiosa, en el Seminario, en la parroquia, en la Diócesis.

Cuando los papás llevan al Bautismo a sus hijos, se supone que están llevando un estilo de vida comunitaria, iluminada por las enseñanzas de Jesús; o sea, viven el encuentro, el diálogo, el respeto, la tolerancia, el perdón, la ayuda mutua, el servicio, la solidaridad, la justicia, la comunión. Esto entre ellos y con sus vecinos. Se supone que los papás participan en las reuniones, asambleas, actividades y celebraciones de su barrio, rancho o colonia, y de su parroquia.

También se supone que la comunidad a la que pertenece la familia de los niños que son bautizados, está viviendo la fe de la Iglesia –porque esta es la garantía para que reciban el Bautismo–. O sea, que es una comunidad que se está esforzando por reunirse para la reflexión de la Palabra de Dios, que tienen en el centro de su vida a los pobres y enfermos, que se ayudan en sus necesidades, que viven el perdón cuando hay desavenencias, que oran y celebran juntos.

Todo esto nos enseñó Jesús con sus palabras y su ejemplo. Y eso nos pidió que realizáramos con los demás, para que sobre esta base se pudiera bautizar a las personas en el nombre de la Trinidad. Por esto, el Bautismo no es sólo una celebración de una hora sino todo un estilo de vida que hay que cultivar desde las familias y sostener en la comunidad. La familia es el primer espacio de formación para la vida comunitaria, tanto con las palabras como con el ejemplo.

¿Cómo andamos en nuestra vida? ¿Estamos viviendo como comunidad? ¿Las familias están formando a sus miembros en la dimensión comunitaria, es decir, para vivir en comunidad? ¿El barrio tiene una vida de comunión? ¿Les estamos ofreciendo una vida de fe a los niños que reciben el Bautismo? La Comunión sacramental fortalece para vivir en comunidad –por eso se llama Comunión–; preparémonos para recibirla y seguir formando discípulos para la comunidad.

31 de mayo de 2015

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