Homilía para el 6º domingo de Pascua 2108
Amigos de Jesús
El texto del evangelio es continuación del que escuchamos y reflexionamos el domingo anterior sobre la vid y los sarmientos. Jesús nos invita a permanecer unidos a Él para dar los mismos frutos que Él. Hoy nos pide que permanezcamos en su amor, para que participemos de su alegría y experimentemos la alegría plena, la cual solo da el cumplimiento de sus mandamientos. Además nos llama amigos. Esto se lo agradecemos a Dios y lo renovamos con la Eucaristía.
Amigos de Jesús
Textos: Hch 10, 25-26. 34-35. 44-48; 1 Jn 4, 7-10; Jn 15, 9-17
El texto del evangelio es continuación del que escuchamos y reflexionamos el domingo anterior sobre la vid y los sarmientos. Jesús nos invita a permanecer unidos a Él para dar los mismos frutos que Él. Hoy nos pide que permanezcamos en su amor, para que participemos de su alegría y experimentemos la alegría plena, la cual solo da el cumplimiento de sus mandamientos. Además nos llama amigos. Esto se lo agradecemos a Dios y lo renovamos con la Eucaristía.
Hoy se piensa que la alegría y la felicidad la dan el dinero, el poder, lo último de la moda, tener todo, estar por encima de los demás. Jesús nos dice que la alegría es consecuencia del cumplimiento de sus mandamientos, así como Él cumplió lo que su Padre le mandó. El mandamiento principal, el que sintetiza todos los demás, es el del amor y el criterio para vivirlo es el mismo Jesús. Nos manda que nos amemos unos a otros como Él nos ha amado. Y su amor llegó hasta dar su vida por nosotros, a quien considera amigos. A ese grado tenemos que amar a los demás.
Cuando se pregunta a las personas, sobre todo adolescentes o jóvenes, qué es Jesús para ellos o ellas, una respuesta frecuente es: Jesús es un amigo en quien confiar.
La amistad es una de las dimensiones de la persona y se vive de modo especial en la adolescencia. Quien es amigo hace hasta lo imposible por el amigo: le guarda los secretos, lo cuida, lo defiende, está con él en la enfermedad, lo acompaña en las penas, está dispuesto a dar la vida por Él. Así nos considera Jesús. Pero nos aclara que no por estar bautizados somos sus amigos sino por hacer lo que Él nos manda. Como amigos nos dio a conocer todo lo que le había escuchado y visto hacer a su Padre. El secreto más grande es que Dios nos ama, al grado de regalarnos a Jesús para el perdón de nuestros pecados, como dice el texto de la Carta de san Juan.
¿Qué es lo que Jesús nos manda? Que nos amemos unos a otros. El amor es darse totalmente para el bien de los demás. En la comunidad tenemos que mostrar con signos claros que vivimos en el amor. Esto es lo propio del estilo de vida cristiano. Jesús nos pide amar, ser justos, comunicar la paz, perdonar, ser hermanos, atender al pobre. La alegría y la felicidad son la experiencia de vivir el amor, de darse para los demás, de salir de nosotros mismos para el bien de los que sufren; la alegría es entonces la consecuencia de actuar como Jesús. Es una alegría plena.
Por eso quien no ama, quien comente injusticias, quien hace violencia, quien no perdona, quien no sabe ser hermano, quien pasa de largo frente al sufrimiento del pobre, aunque esté bautizado no es cristiano, no es amigo de Jesús, simple y sencillamente porque no cumple su mandato del amor mutuo. Quien vive así no experimenta la felicidad ni alcanza la alegría plena de que habla Jesús, aunque tenga dinero, puestos, poder, ande a la moda o traiga el último aparato de la tecnología. Podemos preguntarnos qué tan amigos somos de Jesús.
Formar en el amor es tarea de los papás, que se comprometen a educar en la fe a sus hijos cuando los presentan para el Bautismo; esta formación debe ser sobre todo con el ejemplo de vida. Cultivar la justicia, el perdón, la atención a los pobres, la armonía, la paz, signos del amor que Jesús nos mostró con su entrega hasta la muerte, además de ser responsabilidad de los papás en su casa, es tarea de la comunidad, que se compromete a dar un buen testimonio de vida comunitaria a los niños y niñas que acepta y recibe como miembros de la Iglesia por el Bautismo. Dispongámonos a recibir a Jesús en la Comunión para vivir como amigos suyos.
6 de mayo de 2018