Homilía del 15º domingo ordinario 2012
Misioneros sencillos
Textos: Am 7, 12-15; Ef 1, 3-14; Mc 6, 7-13.
Jesús envía a sus discípulos a la misión. Esto ha sido una realidad a lo largo de los dos últimos milenios en la historia de la humanidad. En aquel tiempo, como escuchamos en el relato de san Marcos, fueron los Doce; en otros tiempos han sido otras personas; hoy somos nosotros. Jesús nos envía a realizar la misma misión que Él realizó y, además, nos pide vivirla en las mismas condiciones. Somos misioneros suyos y tenemos que ser muy sencillos al cumplir la misión.
Misioneros sencillos
Textos: Am 7, 12-15; Ef 1, 3-14; Mc 6, 7-13.
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Jesús envía a sus discípulos a la misión. Esto ha sido una realidad a lo largo de los dos últimos milenios en la historia de la humanidad. En aquel tiempo, como escuchamos en el relato de san Marcos, fueron los Doce; en otros tiempos han sido otras personas; hoy somos nosotros. Jesús nos envía a realizar la misma misión que Él realizó y, además, nos pide vivirla en las mismas condiciones. Somos misioneros suyos y tenemos que ser muy sencillos al cumplir la misión.
Hoy es un día especial para fortalecer nuestra conciencia de ser misioneros. Fuimos enviados al igual que el profeta Amós. Fuimos elegidos por Dios para ser sus hijos, para vivir santa e irreprochablemente, para realizar la misión que Cristo nos encomendó, para ser con nuestra vida una alabanza continua a Dios, como dice la Carta a los Efesios. Para todo esto fuimos elegidos, llamados, consagrados y enviados en el Bautismo. Algo semejante a lo que pasó con los Doce.
La misión es la misma de Jesús: anunciar el Reino de Dios, invitar a la conversión, expulsar demonios, curar enfermos, alejar el mal del mundo. Esa misión, y la fuerza para realizarla, se la confió Jesús a los Doce. Eso fue lo que hicieron, como escuchamos al final del texto evangélico. Así concluye san Marcos su Evangelio, para dejar claro que los discípulos de Jesús tenemos que realizar la misma misión. No otra. Pero vivir esa misión exige la sencillez de los discípulos.
Esta sencillez la pide Jesús al indicarles –y esto vale para nosotros hoy–, que para el camino no hay que llevar nada. Nada, así de simple. Y luego agrega: “ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica” (Mc 6, 8-9). Nada es nada. ¡Y nosotros tan acostumbrados a prevenir todo lo necesario cuando vamos a salir, para que nada nos falte, para que todo salga bien! Parecería algo fuera del sentido común; pero no.
Por una parte, Jesús así caminaba día tras día. Por otra parte, los discípulos tenemos que dar testimonio de Jesús. Lo único que hay que asegurar es la experiencia de seguirlo en su camino; y esto es lo que hay que transmitir. Pensar en lonche, en el dinero para lo que se ocupe, en la bolsa para echar lo que se reciba, en el cambio de ropa, desvía la atención de los discípulos. Uno tiene que estar desprendido de todo lo que ate, de todo lo que dé poder y prestigio.
El dinero ata, da poder, da fama. Teniendo dinero se crea un estilo de vida que luego conduce a una carrera sin fin: siempre se quiere más, se busca lo mejor, se anhela lo último de la moda. La bolsa y el cinto eran para llenarlos de regalos, comida, ropa, dinero. Esto también se convierte en estilo de vida. ¿Y la misión qué? Por eso pide Jesús no llevar nada al ir a la misión. Además, es necesario vivir la confianza en la providencia de Dios, como la tenía el mismo Jesús.
Hoy se necesitan discípulos y discípulas de Jesús que, con el estilo de vida sencilla, seamos verdaderos testigos. Para realizar la misión que Jesús nos encomendó no hace falta más que tener conciencia de haber sido enviados por Él y llevar nuestra experiencia de seguimiento. Todo lo demás (dinero, víveres, ropa, aparatos electrónicos, medios de transporte…) al final de cuentas estorba, porque crea dependencia y, por lo mismo, no deja actuar con libertad.
En este domingo renovemos nuestra conciencia de ser misioneros y misioneras. Agradezcamos a Dios que fuimos elegidos, llamados, consagrados y enviados a la misión. Pidámosle la capacidad de vivir en la sencillez para ser buenos testigos de Jesús. Aprendamos de Jesús que vivió sin depender de lo material y más bien confiado a la providencia de Dios. Él se nos da este domingo en la sencillez de un pedazo de Pan y un poco de Vino. Que así seamos nosotros.
15 de julio de 2012
me parece bien la manera sencilla y explicita en que el
padre lorenzo hace llegar estas imagenes al pueblo llenas de jiribilla pegandole a la razon y conciencia. y gracias a este medio yo sigo los pasos y logros de la diocesis desde tula, hgo saludos y felicidades