Guía para la celebración dominical en familia (29 de agosto de 2021)

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Les compartimos una guía para la celebración dominical en familia, para el 29 de agosto.

Cumplir los mandamientos de Dios

Celebración dominical de la Palabra en familia – 22º Domingo ordinario – 29 de agosto de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


  • Tener un altar con la Biblia abierta en Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23, el cirio encendido y flores. Una imagen de Jesús.

 

INICIO

CANTO:  Tu palabra me da vida.

PAPÁ:     Hoy domingo, unidos a la Iglesia damos gracias a Dios por la Resurrección de Jesús, su Hijo. Es justo y agradable darte gracias, Señor, Padre de todo don perfecto, por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor. En Él has revelado para siempre tu palabra veraz y liberadora, que da vida y conocimiento y es justa, más que todas las leyes de este mundo.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Jesús nos advierte que del interior de nuestro corazón salen las malas intenciones y los hechos que dañan nuestra relación con Dios, con los hermanos y con la naturaleza. Por eso, para disponernos a escuchar el evangelio de este domingo, vamos a pedir perdón a Dios. A cada oración respondemos: Perdón, Señor, perdón.

PAPÁ:     Porque nos dedicamos a fisgonear y criticar a los demás cuando se equivocan, mientras que nosotros aparentamos vivir bien.

MAMÁ:    Porque le rezamos a Dios y nuestro corazón está lejano de Él.

HIJO:       Porque dejamos que el mal se anide en nuestro corazón.

HIJA:       Porque buscamos la manera de hacer el mal a los demás.

TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Al escuchar las críticas de los fariseos ante el comportamiento de sus discípulos, Jesús responde invitando a revisar la propia vida y a vivir la hermandad. Escuchemos con atención.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mc 7, 1-8. 14-15. 21-23 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Volvamos al texto del evangelio: ¿Qué observaron los fariseos y maestros de la Ley en los discípulos de Jesús? ¿Qué costumbres tenían los judíos? ¿Qué le preguntaron a Jesús? ¿Qué dice el texto de Isaías que Jesús aplicó a los fariseos y maestros de la Ley? ¿Qué hacen a un lado los fariseos y maestros de la Ley? ¿Qué hace impuro al hombre (vv. 15 y 20)? ¿Qué sale del corazón de los hombres? ¿En qué convierten a las personas todas esas maldades que salen de su interior?

PAPÁ:     Los fariseos y maestros de la Ley, que eran malos pastores, alimentaban a su pueblo con leyes y tradiciones que oprimían la vida.

MAMÁ:    Jesús denunció la hipocresía de los fariseos y maestros de la Ley. La palabra hipocresía proviene del griego y designaba a la máscara que en una obra de teatro servía para representar a algún personaje. Ellos, como buenos actores, fingían ser lo que no eran, haciéndose incapaces de transmitir el amor de Dios. ¿No estaremos nosotros así? Preguntémonos.

HIJO:       Los fariseos y maestros de la Ley pensaban que cumplían la voluntad de Dios si se purificaban por fuera, mientras que Dios quiere que se escuche atentamente su Palabra y se viva el amor desinteresado al prójimo.

HIJA:       Ama a Dios no quien lo dice, sino quien lo obedece, sirviendo a los hermanos, perdonándolos y amándolos de corazón.

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Con un Salmo, bendigamos a Dios por su Palabra que hemos escuchado y reflexionado. Respondemos: ¿Quién será grato a tus ojos, Señor?

HIJOS/AS: El hombre que procede honradamente y obra con justicia; el que es sincero en sus palabras y con su lengua a nadie desprestigia.

MAMÁ:    Quien no hace mal al prójimo ni difama al vecino; quien no ve con aprecio a los malvados, pero honra a quienes temen al Altísimo.

PAPÁ:     Quien presta sin usura y quien no acepta soborno en perjuicio de inocentes, ése será agradable a los ojos de Dios eternamente.

TODOS/AS: Padre nuestro

MAMÁ:    Terminamos nuestra celebración dominical pidiendo a Dios que nos bendiga, para que hagamos caso a su Palabra, la pongamos en práctica y vivamos como hermanos.

  • Cada quien hace sobre los demás el signo de la cruz, mientras le dice: Cumple los mandamientos de Dios para que des alegría a los demás y seas esperanza para los pobres, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
  • Canto final: Tu palabra me da vida.

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