Guía para la celebración dominical en familia (28 de febrero)
Les compartimos una guía para la celebración dominical de la Palabra en familia, para este 28 de febrero, 2º domingo de Cuaresma.
Escuchar a Jesús para transfigurar el mundo
Celebración dominical de la Palabra en familia – 2º Domingo de Cuaresma – 28 de febrero de 2021
Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.
- Tener un altar con la Biblia abierta en Mc 9,2-10, el cirio encendido y flores. Una imagen de Jesús transfigurado. Colocar algunas fotos contrastantes: enfermo de Covid-19 hospitalizado/saliendo del hospital, joven drogado/joven sano, ecología sana/ecología destruida, familia pobre/familia rica, violencia/armonía, etc. El letrero: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”.
INICIO
CANTO: Este es mi Hijo, el amado (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=w8h0UhU1CNQ).
PAPÁ: No olvidemos que la Cuaresma es el tiempo de preparación para la Pascua. En el evangelio de este segundo domingo, san Marcos nos narra el acontecimiento de la transfiguración de Jesús.
MAMÁ: Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¿Qué vemos en el altar? ¿Qué nos hace pensar? ¿Cómo está nuestro ambiente social y ecológico? ¿Cómo lo quiere Dios?
Pidamos perdón al Señor por las situaciones de mal, pecado, destrucción, existentes entre nosotros y porque quizá hemos colaborado a ellas.
PAPÁ: Tú que contemplas los gemidos y dolores de los pobres y de la Tierra: Señor, ten piedad.
MAMÁ: Tú que llamas a los afligidos y agobiados a una vida nueva: Cristo, ten piedad.
HIJOS/AS: Tú que conoces nuestra fragilidad y esperas que nos convirtamos: Señor, ten piedad.
TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
PALABRA DE DIOS
PAPÁ: El evangelio de hoy nos presenta a Jesús transfigurado y nos ofrece el testimonio del Padre que nos invita a escuchar a su Hijo. Nos disponemos a la escucha del evangelio cantando: Haz, Señor, que escuchemos tu voz.
- Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mc 9,2-10 (Nota: si es necesario se lee otra vez).
Repasemos el texto del evangelio: ¿Con quiénes subió Jesús al monte? ¿Qué sucedió delante de ellos? ¿Cómo se puso Jesús? ¿Quiénes conversaban con Él? ¿Qué le dijo Pedro a Jesús? ¿Cómo estaban los discípulos? ¿Qué les dijo la voz salida de la nube? ¿A quién vieron a su alrededor? ¿Qué les pidió Jesús al bajar del monte? ¿Hasta cuándo podían decirlo? ¿Qué discutían entre ellos?
MAMÁ: Jesús vino de parte de Dios a traer la vida nueva para la humanidad. Como manifestación y anticipo de esa vida, se transfiguró en el monte, que es el lugar de encuentro de Dios con su pueblo. Esa vida nueva apareció clara y plena con su Resurrección.
Pero, para hacer realidad esa vida nueva, hay un camino: el de la cruz. Por eso, al bajar del monte, en donde Dios pidió a sus discípulos que lo escuchemos, Jesús les habló de que iba a resucitar de entre los muertos. No hay Resurrección sin cruz.
De ahí que, si anhelamos una vida nueva para los pobres, para nuestras familias, para nuestra Casa común, tenemos que escuchar a Jesús. ¿Qué vamos a hacer como familia para escuchar continuamente a Jesús en nuestra vida? (Ponerse de acuerdo).
ORACIÓN Y BENDICIÓN
PAPÁ: Respondemos a la Palabra de Dios con nuestra oración, diciendo: Que escuchemos a Jesús, tu Hijo amado.
HIJO: Que nos despojemos de nuestra vida cristiana cómoda y sin compromiso.
HIJA: Que sigamos a Jesús en su camino hacia la cruz anunciando el Reino.
PAPÁS: Que transfiguremos nuestra Casa común destrozada en hábitat de armonía y vida digna para todos y todas.
HIJOS: Que la enfermedad de las personas con Covid-19 se transforme en salud.
TODOS/AS: Padre nuestro…
MAMÁ: Para seguir a Jesús en su camino hacia la Resurrección, pasando por la cruz, nos bendecimos mutuamente diciendo:
Acoge el evangelio y ponlo en práctica, transfigurando en armonía nuestro mundo, para que alcances la gloria de la Resurrección. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Canto final: Este es mi Hijo, el amado.