Guía para la celebración dominical en familia (20 de septiembre de 2020)
Les compartimos esta guía para la celebración dominical en familia, para el domingo 20 de septiembre.
Ir a la viña del Señor
Celebración dominical de la Palabra en familia – XXV Domingo ordinario
Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.
- Preparar un altar con el cirio encendido, flores, la Biblia abierta en Mt 20, 1-16. Una imagen de la parábola de los trabajadores en la viña y fotos de gente desempleada. Un letrero: “Los últimos serán primeros, y los primeros serán últimos”.
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CANTO: Hora de la tarde, fin de las labores (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=bNB8Q0uKdck&pbjreload=101c).
PAPÁ: Desde nuestra casa estamos unidos como familia a la Iglesia para la celebración dominical de la Resurrección de Jesús. Nuevamente nos vamos a encontrar con Jesús que, en el evangelio nos describe la dinámica del Reino con la parábola de los trabajadores enviados a la viña. Celebremos con alegría la Palabra de Dios.
MAMÁ: Iniciamos nuestra celebración En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Observemos el altar a la Palabra (silencio). ¿Qué nos hace pensar? ¿Cuántas personas de nuestro barrio están desempleadas y esperando encontrar un trabajo? ¿Qué sucede en las familias cuando no hay trabajo?
Vamos a pedir perdón a Dios porque hay muchísimos desempleados y subempleados en la sociedad y también porque mucha gente, por el Covid-19 se ha quedado sin chamba.
PAPÁ: En nuestro País, se espera que al final del año haya 12 millones más de empobrecidos, además de los 54 millones ya existentes.
MAMÁ: En nuestro pueblo han descansado sin salario a muchas personas en los invernaderos.
HIJO: En el mundo habrá 190.3 millones de desempleados a finales de 2020.
HIJA: Muchos jóvenes no encuentran oportunidades para trabajar ni para estudiar.
TODOS/AS: Perdón, Señor, por lo excluyente de nuestra sociedad.
PALABRA DE DIOS
PAPÁ: Vamos a leer el texto del evangelio de hoy domingo. A partir de una situación del desempleo que se vivía en su tiempo, Jesús les platicó a sus discípulos una parábola para dar a entender que Dios invita a todos a colaborar con Él en el trabajo por su Reino y a quienes aceptan su invitación, les da la misma paga.
Pidamos al Señor que abra nuestro corazón a su Palabra, diciendo: Abre, Señor, nuestros corazones, para que aceptemos las palabras de tu Hijo.
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- Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mt 20, 1-16 (Nota: Si es necesario, se lee otra vez el texto).
¿Qué nos llama la atención de esta parábola? ¿A qué horas del día salió el dueño de la viña a buscar trabajadores? ¿Cuánto les ofreció como paga a los primeros? ¿Cómo se arregló con los contratados a media mañana, a medio día y a media tarde? ¿Por qué no habían ido a trabajar los que encontró al caer la tarde? ¿Fueron todos a trabajar a la viña? ¿Cómo fue la paga? ¿Estuvieron de acuerdo en esto los primeros? ¿Por qué? ¿Qué le respondió a uno de ellos el dueño de la viña? ¿Cuál fue el comentario final de Jesús?
MAMÁ: Es difícil aceptar que alguien que trabajó solamente una hora reciba la misma paga que los que trabajaron todo el día. San Mateo resalta este ejemplo de Jesús como respuesta al juicio que algunos judíos que se habían convertido al cristianismo hacían sobre la llegada reciente de personas paganas a la comunidad. Para Jesús no hay diferencia entre los que llegan a la fe y a la comunidad desde el judaísmo o desde el paganismo, ni le interesa dar más valor a quienes están bien establecidos en la comunidad que a los recién llegados, o pagar menos a los que han tenido menos oportunidades de trabajar.
Jesús nos deja claro que Dios es justo y bueno, que invita a todos al trabajo por su Reino y que, a quienes aceptan colaborar con Él, les recompensa con lo mismo, comenzando con los últimos. Hoy nos recuerda que nosotros estamos llamados a colaborar en la comunidad para que la vida de su Reino crezca entre nosotros. ¿Cómo le vamos a responder?
ORACIÓN Y BENDICIÓN
PAPÁ: Vamos a agradecer a Dios que ve por los últimos y llama a todos a colaborar con Él en la construcción de su Reino. Decimos juntos: Gracias, Señor, porque para ti los primeros son últimos y los últimos son primeros.
Padre nuestro…
MAMÁ: Pidamos a Dios su bendición, para que nos sostenga en el trabajo por su Reino. Haciendo la señal de la cruz sobre nosotros, decimos: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
- Canto final: Hora de la tarde, fin de las labores.