Guía para la celebración dominical en familia (14 de marzo de 2021)

Obrar en la luz y la verdad

Celebración dominical de la Palabra en familia – 4º Domingo de Cuaresma – 14 de marzo de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.

• Tener un altar con la Biblia abierta en Jn 3,14-21, el cirio encendido y una imagen de Jesús en la cruz. Papeletas con frases: Hijo del hombre, amor, creer, salvar, vida eterna, luz, obras, bien, verdad, Dios; perecer, condena, tinieblas, mal, aborrecer. (Tener a la mano papeletas y lapiceras).

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CANTO: Tenga vida eterna (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=QGbqGpQESko).

PAPÁ:     Hoy domingo día del Señor, y en este ambiente cuaresmal nos reunimos en nuestra casa como Iglesia en familia, para celebrar juntos la vida, la piedad y la misericordia Dios. Este domingo reflexionaremos cómo Jesús con la entrega de su vida nos ofrece la salvación y nos invita a adherirnos a su proyecto de verdad.

MAMÁ:    Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ahora en silencio contemplamos el altar y dialogamos: ¿Qué vemos? ¿Qué nos hace pensar? ¿Nuestro obrar refleja que creemos en Jesús?

Pidamos perdón por las veces en que obramos mal y no conforme a la voluntad de Dios:

PAPÁ:     Tú que nos invitas a escuchar al Padre y nosotros no te hacemos caso: Señor, ten piedad.

MAMÁ:    Tú que viniste al mundo a enseñarnos a amar y a perdonar, pero nosotros seguimos empeñados en odiar y obrar mal: Cristo, ten piedad.

HIJOS/AS: Tú que eres luz que ilumina en las tinieblas, y nosotros seguimos ocultándonos en ellas: Señor, ten piedad.

TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Ahora juntos como familia vamos a escuchar el texto del evangelio en el cual Jesús nos invita a creer en el Hijo del Hombre, que vino como luz al mundo y a obrar el bien, de manera que podamos reconocer el amor del Padre y dar gracias por ello. Escuchemos con atención.

• Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Jn 3,14-21 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Reconstruimos el texto contestando ¿Qué dice el texto? ¿Qué dijo Jesús a Nicodemo? ¿Por qué entregó Dios a su Hijo único? ¿Qué pasará con el que crea en Él? ¿Y qué con el que no crea? ¿Cuál es la causa de la condenación? ¿Qué hace el que obra el mal? ¿Y qué el que obra la verdad?

MAMÁ:    En su diálogo con Nicodemo, Jesús le hace ver que fue tanto el amor de Dios por el mundo, que le entregó a su Hijo único para que el mundo se salve por medio de Él. Por ello, el creer en Jesús exige de nosotros una conversión continua.

Dios hizo una oferta de vida que sigue abierta, la cual debe ser aceptada por la fe. Lo contrario equivale a la autoexclusión de la vida. Ante la luz de Jesucristo la humanidad se divide: unos prefieren las tinieblas y otros aceptan la verdad de Jesucristo.

Aunque Jesús es pura gracia, es necesario que el ser humano se disponga a entrar en otro tipo de comprensión, como Nicodemo, y en una toma de conciencia que le permita reconocer que Dios lo quiere salvar.

Ahora pensemos desde nuestras actitudes y obrar: ¿Qué preferimos nosotros: las tinieblas o la verdad de Jesucristo? ¿Por qué nos dejamos atraer por lo equivocado, lo material y superficial? ¿Cómo debemos actuar para poder adherirnos a la verdad que Jesús?

Cada quien escribe en una papeleta su compromiso a trabajar para actuar en la luz y en la verdad.

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Colocamos las papeletas junto a la imagen de Jesús. Mientras tanto, cantamos juntos la oración que Jesús nos enseñó, en la cual manifestamos la fe que queremos llevar a la práctica para ser verdaderos seguidores de Jesús que se adhieren a su verdad… Padre nuestro…

MAMÁ:    Juntos como hermanos y para mantenernos en el camino de conversión, para vivir en la verdad de Jesucristo, actuar en la luz y obrar bien, nos bendecimos haciendo la señal de la cruz sobre los demás y les decimos: El Señor te bendiga, te guarde de todo mal y te lleve a la vida eterna. Amén.

• Canto final: Tenga vida eterna.