Guía para la celebración dominical de la Palabra en familia (8 de noviembre de 2020)
Les compartimos una guía para la celebración dominical de la Palabra en familia, para este domingo 8 de noviembre.
Estar preparados y vigilantes
Celebración dominical de la Palabra en familia – XXXII Domingo ordinario – 8 de noviembre de 2020
Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.
- Preparar un altar con la Biblia abierta en Mt 25, 1-13, el cirio encendido y una imagen de Jesús al centro. De un lado un frasco con aceite y a su alrededor imágenes de personas preparadas y responsables en el servicio a la comunidad; del otro lado, un frasco vacío y alrededor imágenes de personas irresponsables y descuidadas con la comunidad. Tener a la mano papeletas y lapiceras.
INICIO
CANTO: La parábola de las 10 vírgenes (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=jBdh1fXCbQI).
PAPÁ: Hoy domingo, Día del Señor, nos reunimos desde las casas como Iglesia en familia, para celebrar juntos la vida que nos da Dios. En este día reflexionaremos sobre la importancia que tiene el estar atentos y preparados viviendo responsablemente la misión que Jesús nos encomendó en el servicio a la comunidad. Participemos con alegría.
MAMÁ: Iniciemos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora en silencio contemplamos el altar y dialogamos: ¿Qué vemos? ¿Qué nos hace pensar? ¿Nosotros con cuáles personas nos identificamos? ¿Por qué?
Después en un momento de silencio pensemos en las actitudes que no nos permiten estar atentos y preparados al servicio de la familia y comunidad. Las escribimos en papeletas y las vamos depositando en el frasco vacío como signo de que queremos quitarlas de nuestra vida. Decimos juntos: Yo confieso….
PALABRA DE DIOS
PAPÁ: Ahora juntos como familia vamos a escuchar el texto del evangelio. Por medio de la parábola de las diez vírgenes, Jesús nos invita a estar atentos y preparados, respondiendo activamente a la misión encomendada, para esperarlo en su segunda venida. Escuchemos con atención.
- Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mt 25, 1-13 (Nota: si es necesario se lee otra vez).
Reconstruimos el texto contestando: ¿Qué dice el texto? ¿Con qué asemeja Jesús el Reino? ¿Cuántas eran necias y cuántas prudentes? ¿Qué hicieron unas y otras? Ante la tardanza del novio, ¿qué hicieron? ¿A qué hora se escuchó el grito por la llegada del novio? ¿Qué pidieron las necias? ¿Qué les contestan las prudentes? ¿Qué hicieron las necias? ¿Qué pasó cuando llegó el novio? ¿Quiénes entraron? ¿Qué llegaron haciendo las necias después? ¿Qué les respondió el Señor? ¿Con qué invitación termina el texto?
MAMÁ: Esta parábola es una invitación a la preparación y a la vigilancia, pero también una fuerte advertencia para aquellos cristianos y comunidades que no se preocupan por vivir en tal actitud. Las imágenes de la lámpara y del aceite subrayan la necesidad de prepararse para participar en la comunión eterna con el Mesías en la fiesta del Reino.
Mateo considera que el “servidor fiel y prudente” en cuanto discípulo, ha de relacionarse con su comunidad y sociedad. Ser fiel significa ser digno de confianza, ser responsable. Ser prudente guarda relación con ser competente, estar a la altura de la encomienda recibida. Eso es la previsión.
Las vírgenes descuidadas no llevan aceite de reserva, lo que les trae como consecuencia no poder entrar al banquete de bodas. Con esto se da una enseñanza de que cuando se suple continuamente responsabilidades unos de otros, se generan irresponsabilidades y dependencias malsanas que llevan a crear desinterés por el servicio a la comunidad. Queriendo que otros hagan lo que a mí me toca. Dejando mi misión de lado.
Ante esta situación, ¿cómo está nuestra responsabilidad dentro de la familia y comunidad? ¿Todos trabajamos por el bien común? ¿Qué debemos hacer para prepararnos responsablemente a responder activamente a la misión encomendada?
Ahora cada quien nos vamos colocando aceite en la frente, mientras en silencio pensamos de qué manera podemos ofrecer nuestra persona al servicio de la comunidad, como signo de que no queremos estar vacíos, sino de que queremos estar preparados para recibir al Señor y responder a la misión encomendada. Todos vamos respondiendo a cada uno: Escúchanos, Señor, y ayúdanos a prepararnos y mantenernos atentos a la misión.
ORACIÓN Y BENDICIÓN
PAPÁ: Después de reflexionar y disponer nuestra persona a la preparación de la llamada del Señor, que nos invita a estar atentos al servicio de la comunidad con amor y responsabilidad, pidamos que nos dé fuerza para poder llevar a cabo la misión que él nos encomienda. Juntos decimos: Padre nuestro…
MAMÁ: Juntos como discípulos de Jesús y dispuestos a mantenernos vigilantes para cumplir su voluntad, pedimos su bendición diciendo: El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. Amén.
- Canto final: La parábola de las 10 vírgenes.