Guía para la celebración dominical de la Palabra (18 de julio de 2021)

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Les compartimos una guía para la celebración dominical de la Palabra en familia, para mañana 18 de julio.
Saludos.

Sufrir con los que sufren

Celebración dominical de la Palabra en familia – 16º Domingo ordinario – 18 de julio de 2021

Parroquia de Santo Niño Milagroso, en Huescalapa, Jal.


  • Tener un altar con la Biblia abierta en Mc 6,30-34, el cirio encendido y flores. Una imagen de Jesús con la multitud de gente. Fotos con grupos de migrantes, indígenas, jóvenes, manifestación, desplazados, enfermos…

 

INICIO

CANTO:  Denles ustedes de comer (Se puede encontrar y descargar en YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=ZCnDm7GVZsQ).

MAMÁ:    Un domingo más, nos encontramos reunidos como Iglesia en nuestra casa para celebrar la Resurrección de Jesús. Con la celebración de la Palabra nos unimos a las comunidades de la Diócesis en el Año jubilar de preparación para los 50 años de vida diocesana. Participemos con gusto en esta celebración.

PAPÁ:     Iniciamos En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¿Qué vemos en el altar? ¿En qué nos hace pensar?

Pidamos perdón a Dios porque aquí en la comunidad vemos muchas de estas situaciones y no nos conmovemos. A cada oración respondemos: Perdónanos, Señor, por nuestra indiferencia.

MAMÁ:    Entre nosotros hay miles de hermanos y hermanas indígenas y nos mantenemos indiferentes ante ellos, incluso los despreciamos o agredimos.

HIJO:       En los invernaderos y las aguacateras trabajan miles de personas, muchas en situación de explotación, y no les ofrecemos una palabra de esperanza.

HIJA:       En nuestra comunidad, muchos hermanos y hermanas viven en la droga, el alcohol, la enfermedad, las amenazas, el sinsentido de la vida… y no se nos remueven las entrañas ante su situación.

TODOS/AS: Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.

 

PALABRA DE DIOS

PAPÁ:     Nos preparamos para escuchar el evangelio, que nos habla de Jesús como pastor que se compadece de sus ovejas. Decimos juntos: Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen, dice Jesús.

  • Uno de los hijos toma la Biblia del altar y lee Mc 6,30-34 (Nota: si es necesario se lee otra vez).

Volvamos al texto del evangelio: ¿Qué hicieron los apóstoles después de volver de la misión? ¿Adónde los invitó Jesús? ¿A qué los invitó? ¿Qué hizo la gente cuando los vio partir? ¿Qué vio Jesús al desembarcar? ¿Qué sintió cuando vio a la multitud? ¿Cómo andaba toda aquella gente? ¿Qué hizo Jesús con la gente?

PAPÁ:     A Jesús se le removieron las entrañas al ver a aquella multitud, porque andaban como ovejas sin pastor. Jesús había invitado a los Doce a descansar en un lugar apartado, pero cuando llegaron allí fue imposible descansar, porque una gran multitud ya estaba esperándolos. Así anda hoy mucha gente, con la necesidad de Dios y de una vida digna.

MAMÁ:    Jesús comprendió que era más urgente atender a la multitud que comer y descansar. Así tenemos que reaccionar ante nuestros hermanos y hermanas que sufren hambre, enfermedad, exclusión entre nosotros.

HIJO:       Jesús, movido por la compasión de ver a la multitud que andaba como ovejas sin pastor, se puso a enseñarles. ¿Por qué nosotros no les ofrecemos nada a nuestros hermanos y hermanas que viven y sufren aquí entre nosotros?

HIJA:       Jesús dedicó su tiempo y su vida a la causa del Reino. ¿Por qué nosotros, teniendo la misma misión, no tenemos claro en el corazón que debemos anunciar y hacer presente el Reino de Dios en nuestra población?

TODOS/AS:  Gracias, Jesús, porque sufres con las gentes que andan como ovejas sin pastor.

 

ORACIÓN Y BENDICIÓN

PAPÁ:     Reconociendo que Dios y Jesús nos pastorean y quieren que seamos como ellos, recitamos el Salmo 23(22). A cada estrofa, contestamos: El Señor es mi pastor, nada me faltará.

  • Cada miembro de la familia proclama un párrafo del Salmo.

TODOS/AS: Padre nuestro…

MAMÁ:    Nos bendecimos mutuamente. Le decimos a cada quien: No seas indiferente ante las gentes. Sufre con quienes sufren, en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

  • Canto final: Denles ustedes de comer.

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