Homilía para el 5º domingo ordinario 2020
Ser luz y sal
Hace ocho días celebramos la fiesta de la presentación del Señor, por ser dos de febrero. Allí proclamamos a Jesús, junto con el anciano Simeón, como la luz de las naciones. Hoy se nos revela como la luz del mundo y pide que lo sigamos, para tener su luz, como se dijo en el versículo con que nos preparamos a la escucha del Evangelio. Él ha querido compartirnos esta dimensión de su misión, al decirnos que sus discípulos y discípulas somos la luz del mundo y la sal de la tierra.