Página Diocesana

Información acerca de la Diócesis de Ciudad Guzmán.

Homilía del 22° domingo ordinario 2011

“¡Apártate de mí, Satanás!”

Textos: Jer 20, 7-9; Rm 12, 1-2; Mt 16, 21-27.

“¡Apártate de mí, Satanás!” (Mt 16, 23). Con estas palabras, le pidió Jesús a Pedro que se pusiera a seguirlo en su camino. ¡Llamó Satanás al que poco antes lo había reconocido como el Mesías, el Hijo de Dios vivo, como reflexionamos el domingo pasado! ¡Le dijo piedra de tropiezo al que había elegido como piedra sobre la que se construiría la comunidad! Y es que Pedro, al reconocerlo como Mesías, se imaginó a Jesús triunfante, poderoso. Y no era así la cosa.

Homilía del 21er domingo ordinario 2011

“¡Dichoso tú, Simón!”

Textos: Is 22, 19-23; Rm 11, 33-36; Mt 16, 13-20.

“¡Dichoso tú, Simón!” (Mt 16, 17), le dijo Jesús a Pedro cuando lo reconoció como “el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (v. 16). Llamó dichoso al que, como reflexionamos hace quince días, le había dicho: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (14, 31). Y le dijo por qué era dichoso. Porque la respuesta a la pregunta sobre lo que ellos pensaban de Jesús no fue invención de Pedro, sino que se trataba de una revelación del Padre. ¿También nosotros seremos dichosos?

Homilía del 20º domingo ordinario 2011

“¡Qué grande es tu fe!”

Textos: Is 56, 1. 6-7; Rm 11, 13-15. 29-32; Mt 15, 21-28.

“¡Qué grande es tu fe!” (Mt 15, 28). Con estas palabras alabó Jesús a aquella mujer cananea que sufría por la enfermedad de su hija y le suplicaba que tuviera compasión de ella. ¡Qué diferencia de palabras de Jesús en relación a las que dirigió a Pedro! A él, como escuchamos y reflexionamos el domingo pasado, cuando se estaba hundiendo y le pidió que lo salvara, le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (14, 31). El discípulo con poca fe; ella con fe grande.

Homilía del 19º domingo ordinario 2011

“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?”

Textos: 1Re 19, 9. 11-13; Rm 9, 1-5; Mt 14, 22-33.

“Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?” (Mt 14, 31), le dijo Jesús a Pedro después de que le tendió la mano y lo sostuvo, cuando éste se estaba hundiendo y le pidió que lo salvara. Esta es una escena que representa muy bien lo que muchas veces vivimos los bautizados: nuestra poca fe. Este encuentro entre Pedro y Jesús se dio en un contexto de dificultades por el que pasaban los discípulos: primero la subida forzada a la barca, luego la tempestad y, por último, el miedo.

Homilía del 18º domingo ordinario 2011

Se compadeció de ella

Textos: Is 55, 1-3; Rm 8, 35- 37-39; Mt 14, 13-21.

Se compadeció de ella (Mt 14, 14). Con esta expresión, san Mateo nos ayuda a descubrir que Jesús es el Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. La gente lo buscaba y al ver a la multitud se le removieron las entrañas y reaccionó; no se quedó indiferente ni siguió en lo que estaba. Es lo que significa que se compadeció. Hizo suya la situación de aquella muchedumbre necesitada, al grado de dejar lo que hacía para atenderla, curar sus enfermos y predicarles la Buena Nueva.