Página Diocesana

Información acerca de la Diócesis de Ciudad Guzmán.

Homilía para la fiesta del Bautismo del Señor 2013

Espíritu Santo y misión

Textos: Is 42, 1-4. 6-7; Hch 10, 34-38; Lc 3, 15-16. 21-22.

Hoy celebramos la fiesta del Bautismo del Señor. Jesús es aquel que Juan el Bautista anunció como el más importante, el que bautizaría con Espíritu Santo y fuego, al que no era digno de desatarle las correas de sus sandalias. San Lucas nos narra el acontecimiento del Bautismo de Jesús: se metió entre los que estaban siendo bautizados, se puso a orar, el cielo se abrió, el Espíritu Santo bajó sobre Él y se oyó una voz del cielo reconociéndolo como su Hijo predilecto.

Homilía para el domingo de Epifanía 2013

Alejados

Textos: Is 60, 1-6; Ef 3, 2-3. 5-6; Mt 2, 1-12.

Los Magos vinieron desde oriente para adorar a Jesús. Esta es la síntesis de la Historia de la Salvación. San Mateo nos la ofrece en el texto del Evangelio recién proclamado. Los Magos de oriente representan a todos los pueblos y personas de la tierra: los paganos en relación a los judíos, los no cristianos en relación a los cristianos, los alejados en relación a los practicantes dentro de la Iglesia. Jesús, al que los Magos encontraron niño, es el centro de nuestra fe.

Homilía para la Solemnidad de la Madre de Dios 2013

Guardar y meditar

Textos: Num 6, 22-27; Gal 4, 4-7; Lc 2, 16-21.

Estamos celebrando la Eucaristía en el primer día del año. El Señor nos ha permitido, por su bondad, ser testigos del fin de un año y del comienzo del otro. En este día, a los ocho de haber celebrado uno de los misterios más grandes de la historia, el Nacimiento del Hijo de Dios como uno de nosotros, se nos ofrece la oportunidad de valorar a una mujer: la Virgen María. Ella colaboró con su persona y su cuerpo al comienzo de la plenitud de los tiempos, como dice Pablo.

Homilía para el domingo de La Sagrada Familia 2012

Buscar a Jesús

Textos: 1 Sam 1, 20-22. 24-28; 1 Jn 3, 1-2. 21-24; Lc 2, 41-52.

La pregunta que Jesús hizo a sus papás, cuando lo encontraron en el templo, nos puede ayudar a la reflexión de este domingo en que celebramos a la Sagrada Familia. Jesús les dijo que por qué lo andaban buscando. Esta es la pregunta que nos podemos plantear, sobre todo teniendo en cuenta que en nuestro tiempo se buscan las marcas, la moda, el dinero, las novedades del mercado, lo que deje ganancia; pero muy poco a Jesús. Y esto se aprende en las familias.

Homilía para la Navidad 2012

Habitó entre nosotros

Textos: Is 52, 7-10; Hb 1, 1-6; Jn 1, 1-18.

Estamos celebrando la Eucaristía con la alegría de la Navidad. Nuestras familias se han reunido, los vecinos han encontrado, las comunidades están congregadas. El motivo es la celebración del Nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios, que san Juan nos presenta como La Palabra. No es una palabra que se lleva el aire, sino La Palabra de Dios que permanece en quien la escucha. Es La Palabra hecha carne, La Palabra que habitó entre nosotros, La Palabra que nos ilumina.

Homilía para el 4º domingo de Adviento 2012

Mujeres de fe

Textos: Miq 5, 1-4; Hb 10, 5-10; Lc 1, 39-45.

Este domingo, con la cercanía de la Navidad, escuchamos el testimonio de dos mujeres de fe: la Virgen María y su prima Isabel. Ellas son modelos de creyentes para nosotros. Ambas tienen fe en Dios, pues le creen, aceptan su propuesta y cumplen sus mandatos. Ponen su persona al servicio de Dios y de la humanidad. Eso mismo hizo Jesús, como lo reconoce el autor de la Carta a los Hebreos. Él entró al mundo en el vientre de María para hacer la voluntad de Dios.

Homilía para el 3er domingo de Adviento 2012

Alegría y conversión

Textos: Sof 3, 14-18; Flp 4, 4-7; Lc 3, 10-18.

En este domingo se nos invita a la alegría. El motivo para alegrarnos en estos días es la cercanía de la Navidad; hoy se inicia el novenario de preparación que llamamos Posadas. Otro motivo que tenemos hoy es la presencia de Cristo resucitado en medio de su comunidad, reunida para la celebración de la Eucaristía. Siempre que se acerca una situación de paz, de gozo, de vida mejor, nos alegramos. La alegría tiene que ser signo y consecuencia de nuestra conversión.

Homilía para el 12 de diciembre de 2102

Estrella de la evangelización

Textos: Is 7, 10-14 o Eclo 24, 23-3; Gal 4, 4-7; Lc 1, 39-48.

A la Virgen María de Guadalupe se le reconoce como estrella de la evangelización. Este título lo adquirió no porque haya buscado el estrellato como los artistas, sino porque brilla en el cumplimiento de la misión de la Iglesia, que es evangelizar. Ella llevó a su Hijo a los demás; fue y sigue siendo misionera. Nos pone el ejemplo para que vivamos como verdaderos discípulos misioneros de Jesús. Con la Eucaristía le agradecemos hoy a Dios su presencia y testimonio.

Homilía para el 2° domingo de Adviento 2012

Enderezar los caminos

Textos: Bar 5, 1-9; Flp 1, 4-6. 8-11; Lc 3, 1-6.

En este domingo, el segundo del Adviento, la Palabra de Dios nos pide enderezar los caminos para prepararnos a la venida de su Hijo. En aquel tiempo, cuando Jesús estaba por iniciar su misión, esa Palabra llegó a través de Juan Bautista, quien vivía en el desierto. Hoy llega para nosotros en este convento, en el templo parroquial, en la capilla del barrio. Que no nos vayamos a convertir en un desierto, donde lo que se dice no tiene eco, sino que recibamos el mensaje.

Homilía para el 1er domingo de Adviento 2012

Tiempo de esperanza

Textos: Jr 33, 14-16; 1 Tes 3,12-4,2; Lc 21, 25-28. 34-36.

Estamos iniciando el tiempo de Adviento. Es un tiempo de esperanza para nosotros, en medio de las angustias y sufrimientos provocados por la pobreza y el ambiente de violencia de nuestro país. Para los miembros de la Iglesia es una oportunidad de dar testimonio de nuestra esperanza en una vida mejor, a pesar de los problemas, crisis, sinsabores, que experimentamos día a día. La Palabra de Dios nos ayuda a fortalecer esta esperanza, que es un don de Dios

Homilía para el domingo de Jesucristo, Rey del Universo 2012

Rey que sirve

Textos: Dn 7, 13-14; Ap 1, 5-8; Jn 18, 33-37.

Jesús aparece en el interrogatorio a que Pilato lo está sometiendo. El punto de juicio, y de acusación de los Sumos Sacerdotes y los fariseos, era que se proclamaba rey. Jesús no negó su condición real, pero aclaró que su modo de reinar era diferente a los reinados de este mundo. Jesús no era un rey que dominaba, oprimía, que contaba con muchos esclavos o sirvientes, que tenía un palacio, un cetro, un trono y una corona de oro; Él reinó sirviendo a su pueblo.