Homilía para el 22° domingo ordinario 2017
Cargar las cruces de los crucificados
El domingo pasado escuchamos la confesión que, a nombre de los discípulos, le hizo Pedro a Jesús. Le dijo que era el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús les pidió que a nadie le dijeran que él era el Mesías. Como todos los judíos, los discípulos esperaban un Mesías poderoso, guerrero, victorioso. Jesús les aclaró su modo de ser Mesías: servidor hasta la muerte, perseguido por causa del Reino, sufriente como los pobres, crucificado por las autoridades religiosas. Lo acabamos de escuchar en el texto del evangelio. A este Jesús recibiremos en la Comunión.