Homilía para el 31er domingo ordinario 2019
Convertirnos al Señor y a los pobres
Los textos de hoy nos ayudan a caer en la cuenta de que Dios está siempre dispuesto a perdonar y de que estamos llamados a la conversión. Dios, como dice el Salmo que hemos proclamado, es compasivo, misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. El autor del libro de la Sabiduría reconoce que el Señor aparenta no ver los pecados de las personas y les da ocasión de arrepentirse, poco a poco las va corrigiendo, las reprende y les hace acordarse de sus pecados para que se arrepientan y crean en Él. Con la Eucaristía dominical damos gracias a Dios por esto.