Homilía del 18º domingo ordinario 2010
Ante un problema de herencia entre dos hermanos, problema que frecuentemente se presenta en nuestro ambiente, Jesús hace una invitación a la multitud que lo sigue y a todos sus discípulos: “Eviten toda clase de avaricia” (Lc 12, 15). Esta invitación nos prepara a la celebración dominical de la Eucaristía, dado que Jesús, sin estar apegado a los bienes materiales e incluso desprendiéndose de su vida, se da para nosotros hecho pan y vino.