Homilía para el 4º domingo ordinario 2023
¡Cómo es Dios! Prefiere a los pobres, porque los tiene en el corazón. Al contrario de la sociedad de consumo y de muchos bautizados, que los excluyen, descartan e ignoran.
¡Cómo es Dios! Prefiere a los pobres, porque los tiene en el corazón. Al contrario de la sociedad de consumo y de muchos bautizados, que los excluyen, descartan e ignoran.
La mayoría de los bautizados no asume la misión de llevar el Evangelio, anunciar el Reino de Dios y colaborar para que sea una realidad, atender los clamores de los enfermos, los empobrecidos y la Madre Tierra.
Juan Bautista presentó a Jesús como el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. El modo y el costo de darnos el perdón fue su muerte en la cruz.
Jesús estaba envuelto en pañales y recostado en un pesebre. Así, en la pobreza, se manifestó al mundo y así, en la pequeñez, fue adorado por los magos.
San Lucas resalta de María su actitud ante el Misterio: “guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón”.
Como Él se hizo imagen del Padre, así nosotros tenemos que ser imagen de Jesús, viviendo como luz, luchando por la vida, siendo mensajeros de la Palabra hecha carne.
A una semana de celebrar la Navidad, acontecimiento para el que nos estamos preparando durante el Adviento, se nos ofrece la figura de la Virgen María de Nazaret.
La respuesta que Jesús dio a los discípulos de Juan el Bautista, tenía como referente a los pobres.
El Señor nos está llamando a cambiar de vida. No seamos desiertos en los que se proclama su invitación y no tiene eco.
El Adviento es tiempo de cultivar la esperanza. La esperanza fundamenta y da sentido a lo que hacemos.
Ante el mismo hecho, la crucifixión injusta de Jesús, san Lucas nos transmite dos actitudes totalmente distintas de quienes estaban contemplando la agonía del Nazareno.
Las palabras que Jesús dijo en aquella ocasión, son para nosotros un motivo de esperanza y una luz para vivir nuestra vida con sentido, como discípulos misioneros suyos.