José Lorenzo Guzmán Jiménez

Homilía para el 20º domingo ordinario 2019

Abrirnos al Espíritu de Jesús
Los profetas son siempre molestos y a todos les va mal porque son rechazados. Lo acabamos de escuchar en los textos bíblicos recién proclamados. Esto nos tiene que animar a fortalecer nuestra condición de profetas y nuestra opción por Jesús. La recepción de Jesús en la Comunión nos dará la fuerza para mantenernos en esta doble dimensión de nuestra condición de bautizados.

Homilía para el 19º domingo ordinario 2019

Despiertos en el trabajo por el Reino
Este domingo hay una invitación de Jesús a estar despiertos y preparados para su segunda venida. Los primeros cristianos tenían muy viva la conciencia de que ya pronto regresaría y querían que los encontrara realizando lo que les encargó: la vida del Reino. Con nosotros, al paso de los años y los siglos, se ha perdido este ambiente de preparación para recibirlo cuando llegue. Como Iglesia hemos prácticamente abandonado la misión, y nosotros lo podemos constatar aquí en nuestra comunidad parroquial. Para prepararnos a recibir a Jesús, que llegará como alimento y bebida en el pan y en el vino, vamos a revisar cómo anda nuestra vida en el anuncio y realización del Reino.

Homilía para el 18º domingo ordinario 2019

Evitar la avaricia
La palabra de Dios nos invita hoy a evitar todo tipo de avaricia, porque orienta el corazón de las personas hacia el dinero y los bienes materiales, hasta convertirlos en dios, con todas las consecuencias que esto trae. Para prepararnos a recibir la Comunión sacramental, vamos a revisar nuestra vida a la luz de los textos bíblicos que se han proclamado.

Homilía para el 17º domingo ordinario 2019

Orar como Jesús
Jesús fue una persona de oración. Este es el testimonio que nos dan sus discípulos a través de san Lucas. Ellos andaban con Él todos los días y lo veían cómo oraba. Era tal su relación con el Padre que un día le pidieron que los enseñara a orar. Lo que les dijo Jesús enseguida nos ayuda a revisar nuestra vida y a prepararnos para recibirlo en esta Eucaristía dominical.

Homilía para el 16º domingo ordinario 2019

Recibir a Jesús
Nos hemos reunido para el encuentro dominical con Jesús resucitado. Hoy lo recibimos, primero en el Evangelio y después en la Comunión. Los textos bíblicos que acabamos de escuchar nos ayudan a descubrir lo que tiene que ser la presencia de Dios y de Jesús en nuestra vida personal y comunitaria. Abraham acogió a Dios en su casa, Marta recibió a Jesús en su casa, María se sentó a sus pies a escucharlo y Pablo lo llevaba en su corazón.

Homilía para el 15º domingo ordinario 2019

Hacernos prójimos
San Pablo dice que Cristo es la imagen de Dios invisible. Y Jesús había dicho que Él está en los pobres: el hambriento, el sediento, el enfermo, el desnudo, el migrante, el preso… lo que significa que en los pobres podemos y debemos ver y atender a Dios. Hoy que nos reunimos para la celebración dominical de la Eucaristía, para prepararnos a recibir a Jesús en la Comunión sacramental, revisemos nuestra vida a la luz de la Palabra de Dios y renovemos el compromiso de hacernos prójimos de las imágenes visibles de Dios que tenemos en nuestra comunidad parroquial.

Homilía para el 14º domingo ordinario 2019

Todos enviados a la misión
Jesús envió a la misión no sólo a los Doce sino a otros setenta y dos, como acabamos de escuchar. Antes de enviarlos, le dio indicaciones sobre las actitudes con que deberían ir, lo que tenían que hacer y lo que no debían realizar. Esto nos sirve para revisar nuestra vida, pues también fuimos enviados como misioneros el día de nuestro Bautismo y lo asumimos como responsabilidad personal el día de la Confirmación. Al revisarnos de frente a la Palabra de Dios, nos prepararemos para el momento principal de esta celebración dominical, que es la Comunión.

Homilía para el 13er domingo ordinario 2019

Libres para seguir a Jesús
De acuerdo a lo que acabamos de escuchar en el texto del Evangelio, no es fácil seguir a Jesús. Generalmente decimos que somos sus discípulos, que somos responsables de la misión, que somos sus amigos y seguidores. Pero una cosa es decir y otra vivir lo que decimos. Cuando los papás presentan a sus hijos e hijas para el Bautismo, se comprometen a educarlos en la fe; cuando los adolescentes o jóvenes se confirman, se comprometen a seguir con entusiasmo y fidelidad a Jesús; cuando los novios se casan, se comprometen a caminar juntos en el seguimiento a Jesús; cuando a los pastores nos ordenan presbíteros, nos comprometemos a ser presencia sacramental del Buen Pastor en las comunidades. ¿Y qué sucede de todo eso en la práctica? Muy poco o nada.

Homilía para el 12º domingo ordinario 2019

Seguir al Mesías sufriente
El Evangelio que acabamos de escuchar nos vuelve al compromiso bautismal de seguir a Jesús. En esto consiste la vida de los bautizados, por lo menos en la teoría. Recordar hoy el proyecto de seguir a Jesús y renovarlo al comulgar sacramentalmente, nos compromete a mantenernos en la experiencia de hacerlo personalmente y como comunidad. Con más razón porque a lo largo del mes hemos acompañado a niños y niñas de nuestra comunidad parroquial a su Primera Comunión y el jueves pasado celebramos la fiesta del Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo.

Homilía para el domingo de La Santísima Trinidad 2019

Somos imagen y semejanza de Dios
Estamos celebrando la Eucaristía en este domingo dedicado a Dios en su condición de Trinidad, de familia, de comunidad. Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, es la fuente de comunión y el modelo de toda familia y de toda comunidad. Siempre actúan dialogando, en acuerdo, en comunión, haciendo cada quien lo que le toca, como aparece en la Palabra recién proclamada. Su relación plena se llama amor, porque es la entrega total de una persona hacia las otras dos. Ese amor, como dice san Pablo, lo ha infundido en nuestros corazones, por lo que debemos vivir siempre en el amor.

Homilía para el domingo de Pentecostés 2019

El don del Espíritu
La fiesta que celebramos hoy es la del cumplimiento de la promesa que Jesús hizo a sus discípulos durante la Última Cena. Él prometió enviar, junto con su Padre, al Espíritu Santo, como acabamos de escuchar en el texto del Evangelio. Este don sucedió en la fiesta judía de Pentecostés, que era la de las cosechas. Antes de su Ascensión, Jesús les pidió no alejarse de Jerusalén hasta que recibieran la fuerza de lo alto. Lo escuchamos el domingo pasado. Y les dijo para qué la iban a recibir: para ser sus testigos, comenzando por Jerusalén hasta llegar a los últimos rincones de la tierra.