Política y futbol, a propósito de Maradona

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Jorge Rocha

El 25 de noviembre falleció a los sesenta años Diego Armando Maradona, quien fue campeón con su selección en el mundial del año 1986 que se realizó en México. Por supuesto que su muerte conmocionó al deporte mundial y mucho se habló de su genio futbolístico y de su problema con las adicciones. En su país natal, Argentina, se decretaron tres días de luto nacional y equipos como el Nápoles o figuras como Leonel Messi, recordaron su legado. Muchos lloraron su partida y se vieron largas filas de aficionados visitando el cuerpo de Maradona en la Casa Rosada.

Sin olvidar sus orígenes

A diferencia de muchos futbolistas profesionales, que más bien ven este asunto muy ajeno y que incluso a veces se han prestado a campañas políticas de muy bajo nivel, Maradona prefería relacionarse con mandatarios latinoamericanos de izquierda. Esto le llevó a ser criticado por legitimar a figuras de corte como Fidel Castro o Hugo Chávez; y políticamente apoyó y jugó futbol con Evo Morales.

Más allá de estas relaciones, algunos Medios de comunicación argentinos escribieron en estos días sobre esta faceta del “Pibe” y expresaron que al campeón mundial argentino le gustaba ser provocador con el poder, ya fuera con la FIFA o con la derecha argentina, que no contaba con un discurso político estructurado, pero que su humilde origen nunca lo olvidó y siempre tenía presentes las causas populares. Por supuesto que lo llegaron a invitar a meterse se llenó a la política, sin embargo, nunca aceptó.

Quizá como ningún futbolista de su talla, mantuvo muchas relaciones con los aficionados de a pie y siempre que el Boca Juniors tenía un encuentro importante, era común ver al Maradona en las gradas de la Bombonera. Basta recordar al Pibe en un palco del estadio Jalisco, apoyando al equipo de sus amores, en un partido de la fase de grupos de la Copa Libertadores de América, contra el Atlas.

Más de política y futbol

Otra de las figuras del futbol mundial que claramente abrazó el activismo político, sobre todo para impulsar la democracia en los tiempos de la dictadura brasileña, fue el famoso “Doctor Sócrates” (Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira), médico y jugador del Corinthians de Brasil y de la selección verde-amarelha. Jugador con una inteligencia futbolística sin igual, que participó en los mundiales de España en 1982 y México en 1986.

La selección brasileña de la gesta mundialista del año 1982, es recordada como una de las versiones más agradables del “jogo bonito”; y aunque no fueron campeones, muchos de los que vimos ese Mundial recordamos más a los brasileños, que a la selección italiana que a la postre terminaría como ganador de esta justa deportiva. A diferencia de Maradona, Sócrates sí tenía una visión social y una propuesta política articulada que derivó en lo que se llamó la “Democracia Corinthiana”, que buscó la transición política en Brasil y la autogestión del deporte profesional.

La vinculación política y futbol habitualmente ha estado marcada por el uso de este deporte a los intereses políticos, quizá el caso más fuerte de ello, fue cuando Benito Mussolini hizo que Italia fuera campeón mundial en el año de 1934.

Sin embargo, Maradona, Sócrates o el caso del Club Liverpool de Inglaterra, que claramente muestra los intereses de los obreros ingleses de ese puerto, son casos, donde el futbol se convierte en una réplica y una crítica incómoda al poder establecido.

El futbol se convirtió en un negocio global de millones de dólares, que en la mayoría de los casos colabora con los gobiernos. Quizá valga la pena recuperar el futbol como un deporte que promueve la salud, la diversión, la convivencia, el trabajo en equipo y sí, en un espacio de propuesta y crítica social.

Dr. Jorge Rocha Quintero

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Dr. Jorge Rocha Quintero. Académico del ITESO. Colaborador de El Puente. Escribe en revistas y medios de Jalisco y de la Compañía de Jesús. Le va a Atlas aunque ganen.

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